domingo, 20 de mayo de 2007

DOLLWRIST

Discurso melodramático en dos capítulos
de juan martins

PREMIO MAYOR DE LAS ARTES, MENCIÓN DRAMATURGIA.2004

Oh! hay palabras irrepetibles.
Quien la buscó, perdió demasiado.
Sólo el azul del cielo
y la misericordia de Dios son inagotables.


Anna Ajmátova
(Soy vuestra voz)








«El animador» la produje como una catarsis frente a las humillaciones de los animadores de concursos televisivos con los participantes (...) para que la gente pudiera sentir esa misma satisfacción de venganza que sentí yo cuando escribí la obra...

Rodolfo Santana (El Nacional C-U. 23/12/96)



Exequiel, muy joven y aventurado. «Office boy» de la televisora. Viste elegante para su edad.
Aura, 41 años. La apariencia sensual ciñe su modo de vestir.
Rubén, Joven, dueño de la televisora, sólo aparece como imagen proyectada de vídeo.
Hombre uno y dos, aparecen de acuerdo a lo que exige el texto.


Capítulo Primero
Escena primera

Entra Aura hablando. Busca sentarse en uno de los bancos del lugar, frente a ella un espejo sencillo y de buen gusto. Existe en ella la intención de encubrir su suicidio. Recurre para ello a una pequeña daga. Como si estuviera al final de su vida (en un juego de lugares comunes). Se mira en el espejo. Continúa. Al fondo «Symphony No.6. Pathétique. Adagio lamentoso» de Tchaikovsky. De aquí en adelante se reitera este fondo musical al gusto del director de escena.

Aura— ¡El muy marico! Mandarme en todo. ¡Como si yo fuera una maldita muñeca sueca! Cuando ni siquiera me he maquillado. (Cambia. Remedando a un slogan publicitario. Juega con la daga y luego se maquilla) «Uno debe mostrar su mejor sonrisa, su mejor alegría»... El tipo es imbécil. (Pausa larga. Ríe) Pretende obtener, con todo y su estupidez, mis favores. (Pausa. Se toca el cuerpo lascivamente) ¡Un día de estos me dirá qué color remesar en mis ojos, otro día, en los labios. Otro día ¡qué sé yo en qué lugar del coño! Pues le diré a ese estúpido que me maquillo primero así, (declara en gestos) o sea, donde me dé la gana... (Continúa igual. Esta vez como si alguien la interrogara, mirando hacia el público a través del marco del espejo) Un carajo que no conoció estudio, sino dinero, anhela ahora, a punta de jalar bolas, ser dueño de todo... Corrijo, es dueño de todo. Ya parece un gallo. Pero, se «peló»... No soy su gallina. ¡Qué vaya a joder con otra! Que bastante hay en esta mierda... (Cambio) De acuerdo, seguiré maquillándome. Sin tener nada mejor qué hacer: tomaré ahora mis labios y mi cutis. (Pausa. Se mira al espejo) ¡Ay! Parezco a una vieja puta... (Pausa) Ese Rubén si es arrecho, cojerme a las primeras de cambio. (Entra Exequiel interrumpiéndole)
Exequiel (Entrando).— ¡Permiso! Señora Aura ¡Ah!, disculpe, ¿le interrumpo?...
Aura (Algo sorprendida. Segura de sí. Le recibe caminando alrededor de él. Pasa seguro a la puerta y la cierra con vehemencia. Él, se extraña en algo. Entra despacio a la escena. Ella, continúa alrededor de él).— No se asuste, sólo murmuraba en voz alta.
Exequiel— ¿O con el espejo? Descuide... no es de mi incumbencia...
Aura—No, está bien. Su pregunta es pertinente. Continúe.
Exequiel— He venido porque Rubén...
Aura— Sí, me di cuenta. Rubén no deja de joder...
Exequiel— Señorita, usted sabe que él da las órdenes...
Aura (Ambos se dirigen hacia el espejo, mientras la mujer utiliza un tono de burla).— Sí, él da las órdenes...(Cambia. Transición) Pero cambiemos de tema. Para empezar, prefiero que me llames Aura, sencillamente Aura
Exequiel (Nervioso).— Como diga, señorita, perdón, Aura...
Aura— ¿Estás nervioso?
Exequiel— Es que si no envío esto a tiempo, tendré...
Aura— Conozco ese tipo de presión.
Exequiel (Confiado).— Entonces, comprenderá que Rubén...
Aura— Aquí se hace cuanto él pide. Lo que él... pide (Algo molesta consigo. Muestra gesto de inconformidad) Por ejemplo, vienes a pedirme que corra hasta la sección de grabación, sin olvidar, por supuesto las nuevas reglas del «Market» y de publicidad o, en cambio, a que si estimé, como él pide, el nuevo «look» de maquillaje... (Con gestos insinuantes)
Exequiel— Sabrá usted que es justamente mi trabajo.
Aura— Sin embargo puedes hacer que tu trabajo sea diferente.
Exequiel (Algo interesado).— ¿Cómo?
Aura— Es sencillo. Primero, prométeme que te vas a relajar y, a cambio, te ayudaré con Rubén. (Se le acerca muy cariñosamente, como si le conociera desde hace tiempo. Toca los cabellos de Exequiel) Prométemelo. Necesito escucharte.
Exequiel (Inseguro. Rodea la habitación del camerino).— De acuerdo, se lo prometo.
Aura— Ahora iniciamos nuestra confianza. (Se acerca hasta la puerta para asegurar que está cerrada, muy sigilosamente. Con determinada predicción. Sin que se percate Exequiel) Aprecia las cosas con más tranquilidad. Por ejemplo, cuándo me preguntabas si hablaba con el espejo... Sí, hablaba con el espejo... Con él podemos tener una vida placentera. Depende de cómo mires las cosas.
Exequiel— No lo tome tan en serio...
Aura— Por favor, dejemos tanta distancia y tutéame, ¿quieres?
Exequiel— Bueno, para mí es un placer, Aura...
Aura (Manteniendo intimidad con su diálogo).— Mejor así. Te decía, pues, que sobre el espejo verás un mundo interior impenetrable. Debes cultivarlo, y entenderte con él. Puede servirte, incluso, de consejero, ya en una situación más íntima de intercambio. ¿Estás de acuerdo?
Exequiel (Algo inseguro.).— En cierto sentido sí.
Aura— ¿Qué dices?
Exequiel— O sea que si es, por el contrario, para despejar frustraciones y engaños. No veré otra cosa en el espejo que un marco vacío.
Aura— Hablas del tema con firmeza.
Exequiel— Hago el esfuerzo. Escribiendo algunas cosas...
Aura (Sorprendida con emoción).— ¿Escribes?
Exequiel— No exactamente.
Aura— ¿Qué entonces?
Exequiel— Bueno he tratado de escribir para esta última telenovela. Ya sabes...
Aura— Pero allí, con Rubén, no hay lugar para ese tipo de vainas que me estás diciendo.
Exequiel— Ellos quieren un poco de tus ideas, las vendes. Tú conoces el medio y aprendes_ Coño se gana algo de dinero así.
Aura— Visto, de ese modo, es más fácil.
Exequiel— Uno encuentra el modo.
Aura (Muy sensual).— ¿De enredarse?
Exequiel— No, de ganarse la vida.
Aura— Eso es verdad. (Se le acerca, queriendo seducirle. Todo es confuso para Exequiel) Uno encuentra cuanto quiere.
Exequiel (Eludiendo la situación).— No siempre. Entenderse con ese Rubén es difícil. ¡Aquí únicamente se hace lo que él manda! Por eso trato de escribir...
Aura (Satisfecha de la conversación).— En cambio yo uso el espejo y así me olvido de ese Rubén ¡cara de culo!
Exequiel (Se acerca al espejo, simulando su inocencia).— ¿Cómo?
Aura (Le sigue el juego).—Te detienes frente a él, juegas un poco, cierras los ojos hasta lograr concentrarte en un personaje. Preludias sus tonos y tu cuerpo deja de pertenecerte para cambiar por una imagen que no eres.
Exequiel (Entusiasmado).— ¿Por quién cambias?...
Aura— Espera...
Exequiel— Me gustaría verlo...
Aura (Toma el lugar de Exequiel Se sienta frente al espejo. A partir de este momento Aura insiste en involucrarlo a su juego).— Voy a intentarlo. (Cambio: expresado al personaje) Pienso en este espejo y me acomodo en el lugar de una mujer que ha esperado a ese joven. Ella viste hermoso, sólo para él. El cual ha llegado en ese instante. Aún permanece emocionada, cuesta creerle que el joven está cerca de ella. A su disposición. Ha tenido el sentimiento de esperar para su cuerpo. Él, como joven, en alguna medida, se siente entusiasmado. Ella muestra su cuerpo, en el que, a pesar de todo, conserva su piel (Exequiel piensa que no se trata de él) para sus ojos. Él debe tocarla, sentirla. Pueda que se le acerque poco a poco. Desea, sus labios sobre sus piernas (Exequiel se asusta ante el imperativo sensual de Aura. Le quiere tocar tímidamente, como deseándose convencer. Sin embargo el contexto no se lo permite: se ve interrumpido por la risa de ésta) y él apenas se le acerca... (Cambia. Vuelve a reír) No supo qué hacer. ¿Puedes imaginarte que no le besó las piernas?
Exequiel (Su deseo de tocarla se ve interrumpido. Muestra un gesto de inconformidad. Hace saber que se trata de un juego).— Si es pajuo.
Aura— No, al contrario, él la respeta y es un joven atraído por su madurez.
Exequiel (Confiando).— Cuando se es joven. Quiere uno otra cosa.
Aura— ¿Lo dices por ti?
Exequiel— No necesariamente. Uno va al grano, Aura, al grano. Tú sabes...
Aura— Todos los hombres piensan en lo mismo (Molesta) ¡No deberías llamarme Aura. No se_ les_ puede dar confianza!
Exequiel— Vamos Aura, te comportas como una niña. Eres joven aún, mas no una niña.
Aura— Eso no tiene nada que ver con la edad. Es el deseo de aquél personaje. No el mío.
Exequiel— En todo caso, defiendes al personaje.
Aura— Una buena actriz defiende a su personaje.
Exequiel— Con tus personajes de las telenovelas no eres así.
Aura— ¡Esa vaina se hace por dinero! Tú acabas de decir: «Rubén pone las órdenes». Uno obedece.
Exequiel (Cambiando el contexto de la conversación).— Tienes razón. Mejor seguimos jodiendo a Rubén. Quisiera formar parte de este juego ¿Explícame cómo haces? Recuerda que no soy actor.
Aura— No es tan difícil. Primero te concentras. Cierra los ojos, (Le cubre los ojos con sus manos) relájate y vendrá a tu mente. (Exequiel se mueve) ¡Debes concentrarte! No es un juego. Además, conoces algo de esto, estás en el medio.
Exequiel— Está bien.
Aura— Es cierto. No es tan difícil. Siendo así, debes mirar hacia el espejo. Recordar, sobre todo, recordar...
Exequiel (Igual).— ¿Así?
Aura— Sí. Piensa bien a quién puedes interpretar.
Exequiel— Sólo dame tiempo.
Aura (Se le acerca, sin que Exequiel lo note, pretendiéndole sensualmente).— ¿Lo tienes?
Exequiel (Manteniendo los ojos cerrados).— Quisiera interpretar a un rey desterrado.
Aura— ¿Cómo?
Exequiel— Verás... (Cambia. Como rey) Ahora que él ha tomado el poder, en mi lugar, se han desatados todas las envidias en un sólo hombre. En mi lecho han querido corromper lo que en otro tiempo quise hacer de este reino: desguarnecido del dolor. Donde el viento no tiene lugar en la oscuridad. Puesto que su salida se vierte hacia la mirada de los sueños. De existir el día, la noche es expulsada hacia aquel viento sobre su propia pérdida. Ya ha dejado de existir. Y a su emplazamiento sólo socorre el hambre. Y la naturaleza ha quedado sin voz, sin cuidado. Están ausentes los caballeros de la corte. No hay quien proteja el lugar, sintiendo dolor el dolor. Para que nadie tenga derecho, una vez que el pecado haya consumido su belleza, a vivir de su propia aflicción que viene de esas columnas aún blancas donde mi rostro se muestra. De las tierras lejanas vendrá la locura a sustituir mi razón y será el instrumento de mi venganza. Cuando la muerte de los ojos sacie su sed.


Oscuro


Escena segunda
—Amando a Nelly—


Aura— ¿No sabía que te gustaba jugar al rey?
Exequiel— Coño Aura no es al rey. Es al lugar, este lugar. Hay que pensar en un lugar imaginado. En un dolor ajeno. Y la cosa se te hará menos aburrida, más apreciable. ¿Comprendes?
Aura— ¿Acaso no te das cuenta de que el lugar es como Rubén? (Pausa) Cuando alguien te presiona tienes que cumplir a como dé lugar. Y él, en cambio, no te ofrece nada, solamente te exige. Se te acerca, muy suavemente ese guevón de Rubén, como no queriendo la cosa, para aplastarte con sus deseos vulgares. Porque todos los hombres tienen deseos vulgares. (Acercándosele) ¿Acaso los tienes tú también?
Exequiel (La mira con desconfianza).— Ah, ya, el lugar es un deseo vulgar... ¿A qué se refiere?
Aura (Nerviosa. Entre cambio de roles, simula su interés sobre él).— No,... a nada en particular... por su puesto, a los deseos...
Exequiel— Bueno, si es así, una que otra vez...
Aura— Eres como él, como sus programas, como Rubén.
Exequiel— ¡No jodas con eso! No me parezco a nadie. Y menos a este lugar.
Aura (Queriendo seguirle el juego).— Espero equivocarme porque lo que es él se puede comparar con un gran payaso, con todo y su programa de televisión... Y lo mejor es que dirige, coordina, se paga y se da el vuelto. Al menos terminó con ese programita «amor de juventud», en el que ponía las parejas hacer de bufón, si no, como para convencerse de nuestra estupidez, a declararse fidelidad eterna y para siempre desde la misma noche del programa. (Cambio) ¡Coño que ridículo! ¿Quieres saber cómo hacía? Sencillo: ponía al hombre en una cabina y a la mujer en otra. Te explicaré. Ponte frente al espejo, imaginémonos un poco al programa. Mientras te hago las preguntas.

(Todo lo hace con una segunda intención de seducirlo. En el que se va estableciendo un juego)

Aura— ¿Cómo es la mujer que tú anhelas?...No, no respondas...
Exequiel— ¿Así de fácil?...
Aura (Se coloca detrás de él).— Haz silencio y concéntrate...
Exequiel (Trata de darle frente. Ella insiste en mantenerse en el lugar).— En todo caso, me gustan jóvenes...
Aura (Cambia de lugar).— En ese caso me recuerdas a los políticos, libremente elegidos. Sentados en bellas poltronas. Deseando a la mejor joven del momento...
Exequiel— Tienen que servir para algo...
Aura— ¿Para las apetencias?... (Acercándose al maniquí). — ¿Cómo le llamas?
Exequiel— No sé.
Aura— Debes darle nombre.
Exequiel— No sé aún.
Aura— ¿De qué sexo prefieres que sea?
Exequiel— ¡Por supuesto mujer!
Aura— No necesariamente… (!)
Exequiel— ¡Nelly!
Aura—Sí así lo prefieres. Para mí, es Mauro.
Exequiel— ¿Te masturbas con él?
Aura— No, quizás un poco lo que haces con ella.
Exequiel— El sexo y el poder están unidos.
Aura (Se mueve hasta el maniquí, recogiendo el juego de insinuaciones).— De esa manera, ¿el poder está relacionado con la satisfacción sexual, cuanto más cerca del sexo, más cerca del poder?...
Exequiel— ¡Correcto! A eso me refiero, al sexo, no al amor...
Aura— ¿Sexo?, dirás, corrupción...
Exequiel— ¿Puedes asimilar el amor de otra manera?
Aura (Cambia).— Te escapas del juego...
Exequiel— Al contrario, ¿no estamos, acaso, jugando al programa «amor de juventud»?
Aura— Pierdes la concentración...
Exequiel— De acuerdo, me concentraré para tu juego (Recrea gestos de chamán, juega), verás como consigo responder cada una de tus interrogantes...
Aura— Estás intelectualizando el juego y esas no son las reglas... (Quiere mantenerle en el juego) Sigue en tu lugar. Tan sólo espera las preguntas.
Exequiel (Como animador de televisión).— Ah, comprendo: ¡es la mecánica del juego!
Aura— Desde luego, ¿acaso pensabas en el día de la independencia?
Exequiel— Esto no me está gustando.
Aura— Cálmate, regresemos al programa: «amor de juventud».
Exequiel— Querrás decir, al juego... (Regresa inseguro al juego, desplazándose hasta el espejo)
Aura— Me refiero a la escena, al espectáculo.
Exequiel— Hablas como Rubén.
Aura— Es que de eso se trata, ser como Rubén... (Cambia. Como animadora) ¡relájate y en poco tiempo obtendrás la pareja de tu vida, de tus sueños. Entusiásmate!
Exequiel (Sin terminar de caer en el juego de Aura).— ¡Coño señora Aura. Esto no es un juego, se trata de una cagada, de una gran cagada de televisora con camerino y todo. (Señala el lugar)
Aura (Cambia).— Comprendo... pero relájate. ¿Está bien?...relájate...
Exequiel— De ese Rubén, de todo esa cagada de propagandas, de las comiquitas del canal... y, ya sé, no me digas que estoy intelectual... Pero si quieres seguir con todo esto, es correcto que seas tú quien decida.
Aura— Entonces, empecemos el show con Nelly. (Toma el maniquí, considerándolo un personaje del show que representa, para colocarlo a un lado de Exequiel)
Exequiel— ¿Qué tratas de hacer?
Aura— Confía en mí...
Exequiel—Termina con todo.
Aura (Se mantiene en el juego).— Tranquilízate. Espera lo mejor del gran show. (Interroga al maniquí) ¿A qué sitio prefieres ir en la primera cita: a la discoteca, a la biblioteca o al cine?... (Manteniéndose alrededor del maniquí, se mueve con cierta impulsividad y le dice: «Mauro te amo». Lo besa apasionadamente) Bien, al cine. (A Exequiel) Ahora preguntemos al joven de hoy... ¡De nuestro programa, «amor de juventud»... ¿Cuál es su nombre?...
Exequiel (Confuso).— Mi... nombre... es…, Exequiel…
Aura— …¡Exequiel! Muy oportuno, sepa que su compañera no le ve, (se mantiene alrededor del maniquí. Entusiasmada como una animadora) aunque el público sí. Tómate tu tiempo. Recuerde, se halla a punto de tomar la decisión de su vida. A la compañera de su vida. Sonría, es su día. El primer día de su cita (Pausa corta): ¿a qué lugar prefiere llevarla: a la discoteca, a la biblioteca o al cine? No responda inmediatamente, recuerde, tómese su tiempo...
Exequiel (Entregándose paulatinamente al juego).— …Bueno, pensándolo rápidamente, al cine, pero eso depende de la película que vayamos a ver.
Aura (Igual).—Le recuerdo, joven participante, que debe contestar. Debe decir: cine, biblioteca o discoteca…
Exequiel— …¡Discoteca!
Aura— ¿Discoteca?
Exequiel— Sí, después de todo, en una discoteca se puede, mientras se disfruta de la música, tomar un libro de su preferencia. Abrirlo y luego leerlo.
Aura— ¿Libros en una discoteca amigo Exequiel?
Exequiel— ¿Por qué no?
Aura— De acuerdo, atenderemos ahora la pregunta de su compañera (Al maniquí) Jovencita, su futuro compañero y amor de la vida ya nos respondió. Sabemos que él no la está viendo. ¿Qué le gustaría preguntarle?... (Cambio. A Exequiel) Ella dice que se encuentra confundida con sus respuestas. ¿Qué dice al respecto?
Exequiel— ¿A qué se refiere?
Aura— Sencillo, ¿no le parece que es algo aburrido combinar libros con discoteca?
Exequiel— Es cuestión de puntos de vistas.
Aura— ¿Puntos de vistas?...
Exequiel— Sí, por ejemplo, en una discoteca nos encontramos con música y, por decirlo así, con sexo, con alcohol, con drogas y con amor. En ese momento junto a eso, pueden estar los anaqueles llenos de literatura. Hay modos de disfrutar un buen libro: tú bebes un trago de whisky acompañado del baile. Fíjate: (Baila y aparenta leer a la vez. Toma a Aura por la cintura, disfruta, con toda la gracia del caso, hasta fastidiar a la mujer) te tomo por la cintura, juego contigo, bailo o, como puedes verlo, leo.
Aura (Como animadora de televisión).— ¡Señores televidentes nos encontramos ante una situación singular, muy novedosa! Aunque parezca extraño. ¡Sí señores, de lo más extraño! Se lee y se baila. ¿Se imaginan cuántos pases de baile se necesitan para leer «El Quijote»? Revisemos mejor la situación, según el número de páginas, tendremos el número de pasos. ¿Ante este presente, el tipo de música irá de acuerdo al tipo de baile? Entonces Miguel de Cervantes viene acompañado... ¡vaya usted a saber con qué!
Exequiel (Fuera de juego).— ¿Qué trata de hacer?
Aura (Involucrando al maniquí en sus intenciones. Baila con éste).— Bueno, de alguna manera conquistarás a tu pareja.
Exequiel— ¿Bailando?
Aura— Eso está planteado: descubrir a tu pareja. ¿O no?
Exequiel— Eres quien impone las normas del juego.
Aura (Sosteniendo el personaje de animadora).— No... ¡Lo impone el corazón de la teleaudiencia! Observa a tus televidentes. Están ansiosos de conocer cuál va a ser tu pareja en la vida. (Al maniquí. Accede al maniquí con fuerza, su pasión se confunde con la realidad) Tienes que comprender que el amor es una suerte de riesgo. No sabrás con certeza cuándo será tu decisión correcta, en cambio, sabrás, que ya no estarás solo... ¿Cuánto crees que me ha costado la soledad? ¿Tener la falta de alguien cuando despiertas? No es fácil aceptar que, pese a tus amantes, has tenido que resistir la soledad. Porque sé que debo aceptar la realidad cuando he sido desairada. ¡No permito verme rechazada! Entonces abandono a mi pareja. Como podrás notar, joven participante, esa vida no es fácil. He tenido amantes pero me encuentro sola. Unos duran, otros menos. Lo que disfruto a plenitud, consciente de antemano que me abandonarán o los abandonaré. Mi alegría se conmueve de una tristeza. Se está en el cuerpo para abandonarlo. Estás aquí porque has tenido amantes. Te busca el viento y te encuentra con los ojos cerrados volteando el rostro hacia el olvido... ¿comprendes? Es cuestión de no abandonarse y entregarse en cuerpo. No en alma porque el cuerpo es el alma. Y «el cuerpo se entiende con el cuerpo»_ (Cambio. Regresa a su condición de animadora) Por esa razón, estás en la obligación de bailar, escoger y salir de este programa en brazos de tu pareja... ¡no pierdas más tiempo! ¿Tienes alguna pregunta para Nelly? Vamos, rápido, debes preguntar...
Exequiel— No sé, no sé qué preguntarle...
Aura— ¡Cualquier cosa!: qué tipo de hombre le gusta, blancos, negros o bien el que sea de su preferencia. Insisto, cualquier cosa. Por ejemplo qué color de ropa íntima usa, si se baña, y por qué debe bañarse. Tienes que conocerla para que sea tu pareja.
Exequiel— Hablas con deseo propio.
Aura (Nerviosa).— No... claro que no. Sólo me refiero a la dinámica del programa para cuando te encuentres en este gran rol de animar a la teleaudiencia_(Cambia hacia la actitud de animadora. Apunta hacia el público) ¡Porque en nuestro programa, «amores de juventud», usted es el número uno... Usted y sólo usted_es el líder!
Exequiel (Sorprendido, como queriendo seguir el juego).— ¡Si me preguntas a mí, me gustan de cualquier color!
Aura (Igual).— ¿Cómo mi querido joven?
Exequiel—La ropa interior, usted sabe el color_es igual.
Aura— ¡El color! Claro, el color. (Al maniquí) Ahora preguntemos a nuestra querida invitada.
Exequiel— ¡No! Prefiero guardarme esa respuesta para otro momento, ¿usted comprende?
Aura— Desde luego que comprendo.
Exequiel— En tal caso dejemos las cosas de ese tamaño.
Aura— Nelly dice estar de acuerdo con usted.
Exequiel— Siendo así, la apreciaré más.
Aura (Al maniquí. Lo besa).— Te amo.
Exequiel (Cambio).— ¡Me cansé del juego!
Aura (Fuera de juego).— Tu vida está aquí.
Exequiel— Mi vida está allá.
Aura— ¿Te refieres a la televisora?
Exequiel— ¡No! A la calle.
Aura— ¿Qué puedes encontrar en la calle?
Exequiel— La vida.
Aura— La vida está aquí.
Exequiel— Diría en la calle. Es más, llevo en este lugar más del tiempo estipulado.
Aura— Sólo el tiempo necesario.
Exequiel— Hemos hablado, jugado, nos hemos conocido. Ya es suficiente_.
Aura— Suficiente cuando el deseo es mayor.
Exequiel— ¿El deseo?
Aura Sí, el deseo de tener a alguien contigo.
Exequiel— ¿Tal vez tú estás sola?
Aura— En este instante podría decir que no.
Exequiel— Explícate.
Aura— No hay nada que explicar.
Exequiel— Creo que sí.
Aura— Es sencillo, de ahora en adelante me acompañarás_(Manteniendo el juego) el resto de mi vida_¿comprendes?
Exequiel— Deja de jugar, ¿quieres?
Aura— No juego, hablo en serio. Muy en serio.
Exequiel— ¡No puede estar hablando en serio! No querré estar el resto de mi vida en este lugar que desprecio.
Aura— ¿Lo desprecias?
Exequiel—¿Qué esperabas? ¿Adorarlo?
Aura— No tienes otra opción.
Exequiel— ¿Por qué?
Aura— Estás atrapado.
Exequiel— Me quedo con mi personaje…
Aura—¿Qué dices?...
Exequiel (Abstraído, asume el personaje del rey).— _Ahora con mi trono en la muerte de los ojos miro hacia dentro para ver lo áspero de tu piel y encuentro la derrota de mi reino. He dejado de ser la densidad del poder que esperas con ansias al margen del muro y sus ruinas…




Oscuro


Escena Tercera
—La huída de Exequiel—

Exequiel— …¡Auxilio!
Aura—No te escucharán. Tu voz no se escucha en ninguna parte
Exequiel — Saldré (Justo cuando camina hacia la puerta, Aura toma la pequeña daga y lo amenaza) ¿Qué haces?...
Aura— … ¡Silencio! (Golpea con un pequeño golpe a Exequiel para detenerlo, amenazante)
Exequiel — ¡Ay, coño me vas a matar!
Aura— ¿Te hice daño?
Exequiel — ¿Me vas a matar acaso?
Aura— ¿Te hice daño?
Exequiel — No pendeja… (! )
Aura—No te oyen. Entre los tres podemos controlar el mundo, el placer y el amor…
Exequiel — Dices amor cuando me amenazas. Estás loca de remate guevona… (Cambia)… ¡Auxilio!...
Aura— … Cálmate, sino te corto el cuello…
Exequiel —… Me haces daño… y quieres que me calme. No comprendo.
Aura— No tienes nada que comprender, sólo haz lo que te pido o te corto el culo.
Exequiel— No es sencillo cuando me amenazas
Aura— Comprenderás a su tiempo.
Exequiel— Quiero Tan sólo salir. Pienso que tomas esto con demasiada seriedad.
Aura— Seriedad y realidad.
Exequiel— ¿Realidad?
Aura— Te explicaré…
Exequiel —…Tendrás que matarme si no… (Intenta quitarle la daga a Aura, en cambio, ésta le reprime al colocársela en el cuello)
Aura— No eres de los que usa la violencia
Exequiel— ¿Vas a confiarte?
Aura— No, pero tengo el control de la situación.

(Le quita la daga del cuello. Se desplaza para tomar con violencia y lascividad al maniquí, estableciendo una relación poética, es decir, los personajes no han logrado diferenciar la realidad del hecho imaginario)

Exequiel— ¿Dirás control del maniquí?
Aura (Igual).— Tanto del maniquí como de todo.
Exequiel— Menos de mí.
Aura— Depende de cómo puedas verlo.
Exequiel— No encuentro ningún control en un simple muñeco. Aparentemente es sencillo para ti.
Aura— Entonces tan sólo has las cosas.
Exequiel— ¿Y permanecer bajo tu control?
Aura— No lo veas así.
Exequiel (Ríe sarcásticamente).— Me tienes apresado y quieres celebrar.
Aura— Se disfruta con el «dollwrist».
Exequiel— ¿«Dollwrist»?
Aura (Aún se mantiene cerca del maniquí).— Sí, la muñeca, el maniquí, Mauro, Nelly, como quieras.
Exequiel— Ah, a eso le llamas «dollwrist»... ¿El «dollwrist» me liberó?...
Aura—En cierta manera (Toma la daga y amenaza al maniquí).
Exequiel — ¿Ahora amenazas a Nelly?
Aura (Amenazante con la daga).— Cuando me acerco al maniquí es Mauro, no Nelly…
Exequiel — Ah… ¡Ya!.. ¿Puedo acercármele?
Aura— ¿Para qué?
Exequiel — Espera y verás.
Aura— Sin trampas…
Exequiel (Al maniquí). — Nelly te amo.
Aura (Al maniquí con la intención de felarle).— Con pasión, mira cómo hago…
Exequiel — ¡Qué haces?...
Aura— …Sexo oral…
Exequiel — Eres repugnante.
Aura— Se trata del amor.
Exequiel — ¿Del amor?
Aura— Para mí es Mauro y para ti Nelly. (Amenazante conserva la daga) Ahora inténtalo tú…
Exequiel — Está bien (Se le acerca al maniquí con duda)
Aura— ¡Vamos, es todo lo que te puedes excitar?...
Exequiel — ¡Auxilio!...
Aura— ¡Muy bien, pero bésale el culo!
Exequiel — ¿Así?
Aura— Mejor
Exequiel (Al maniquí). — Sácame de aquí mi amor…
Aura— Correcto.
Exequiel— ¿Quieres decir cuanto más me acerque al «dollwrist», más cerca estaré de la salida.
Aura— Correcto.
Exequiel— Empiezo a entender.
Aura— Nos estamos entendiendo.
Exequiel— Bien, haré cuanto pidas.
Aura— Así me gusta, nos entendemos.
Exequiel (Siguiéndole el juego).— ¿Empezamos?
Aura— Cuando quieras.
Exequiel— Tú aplica las normas. El juego es tuyo.
Aura— De acuerdo.
Exequiel—Terminemos de una vez.
Aura— Hay que hacerlo con calma_ Yo lo beso primero (Besa al maniquí)
Exequiel (Tomando el lugar de Aura). — Mi amor…
Aura— Dile Nelly…
Exequiel — Está bien. Nelly, mi amor.
Aura— …¡Tú amor soy yo!...
Exequiel — ¡Cómo?
Aura— Después te explico, continúa.
Exequiel (Besando al maniquí). — ¿Así?
Aura— Mejor…
Exequiel (Al maniquí). — Ayúdame mi amor…
Aura— …Nos estamos entendiendo…Ahora hazlo conmigo…
Exequiel— ¡Cómo?
Aura (Amenazándolo con la daga).— No cambies las reglas, quiero que me beses con la misma pasión…
Ezequiel (Besando a Aura. Para sí).— Ayúdame Nelly…
Aura (Alto).— ¡No soy Nelly!
Exequiel— No te molestes, coño, trato de hacer cuánto me pides.
Aura— Nos estamos entendiendo…
Exequiel— …Nos estamos entendiendo…




Oscuro


Escena cuarta
—Amando a Aura—

Aura toca con mucha sensualidad cada parte del maniquí, invitando a Exequiel a participar en su juego de dominio.

Aura— Tomas con cuidado cada parte de su cuerpo…
Exequiel— Pero eso no es un cuerpo...
Aura— Considéralo como tal...
Exequiel— Me es difícil.
Aura— Esfuérzate.
Exequiel— Intento.
Aura—Haz un mayor esfuerzo. (En cierto modo obliga a Exequiel a formar parte de la situación. Éste, Exequiel, camina hasta al maniquí y muy tímidamente le toca)
Exequiel— ¿Por dónde quieres que empiece?
Aura (Acariciando al maniquí).— Escoge cualquier parte de su cuerpo. Es muy natural cuando tienes deseos de tocar. Podrías empezar, si quieres, con sus piernas.
Exequiel— Mejor selecciono.
Aura— Como elijas.
Exequiel (Inseguro).— Pienso (se retira del maniquí) que si hacemos todo fuera de este lugar es mejor.
Aura— Vamos, todos los problemas se resuelven aquí.
Exequiel— Sí, pero...
Aura— …El amor se halla en este lugar. En caso de que decidas tocar un miembro del muñeco te darás cuenta de cuánto amor hay en una cosa aparentemente sencilla y fatua. (Simula asesinar al maniquí, algo sugerido. El público, como Exequiel, apenas lo notará)
Exequiel— Es cierto, se han visto casos en que la gente es capaz de matar sólo por deseo. Para cometer cualquier crimen asesinan y secuestran a sus víctimas. No es una cuestión de fantasía o de imaginación. Es real. Se lee todos los días en la prensa. ¿No lees la prensa?
Aura— Pero aquí no se trata de pasión sino de amor.
Exequiel (Igual).— No estoy seguro.
Aura— Debes estar seguro de mi amor.
Exequiel (Se retira del maniquí).— ¿Qué dices?
Aura— No te confundas, te he atrapado por una razón: te deseo.
Exequiel— ¡Es absurdo que me pretendas por la fuerza!
Aura— ¡No! Por el contrario, si sales de aquí, no tendrás oportunidad de salvar tu trabajo.
Exequiel— ¿Qué quieres decir?
Aura— Como oyes.
Exequiel— ¿Perdería mi trabajo?
Aura— Exacto.
Exequiel— Saldré de aquí cuando quiera…

(Se acerca hasta la puerta. Se detiene. Es decir, una fuerza mayor a él lo interrumpe. Pausa larga. Espera la reacción de Aura Se devuelve hacia ella. Camina lentamente hasta llegar al maniquí.)

Aura— ¿Te das cuenta? No puedes salir.
Exequiel— ¡Todavía no cantes victoria!
Aura— Sí, acércate.
Exequiel— Quiere decir que estoy a la merced de tu voluntad.
Aura— No, a la de Rubén.
Exequiel— Da lo mismo.
Aura— Aparentemente sí.
Exequiel— ¿Cuál es la diferencia?
Aura— Con él, lo harías por trabajo, en cambio, por mí... Bueno por mí lo harías por amor. ¿No crees?
Exequiel (Cambia. Molesto).— ¡Cómo puedes llamar a eso amor!
Aura (Cambio).— ¿No? Tenemos una deuda con el maniquí.
Exequiel (Señalando al maniquí).— ¿A qué se refiere?
Aura (Cerca del maniquí).— Es muy sencillo, le debemos todo.
Exequiel— No entiendo... y no quiero comprender.
Aura— Es su obligación.
Exequiel— Usted no está bien.
Aura— ¡Mira (señala al maniquí) el maniquí ha muerto! Y somos los responsables.
Exequiel— ¿Cómo?
Aura— Míralo.
Exequiel— ¿Qué tiene?
Aura— Ve, nótalo, no es el mismo.
Exequiel— Siempre ha estado así.
Aura— No es cierto.
Exequiel— Descúbrelo por ti mismo.
Aura— ¡Nada que descubrir!
Exequiel— Pretendes manipularme.
Aura— De acuerdo, si así lo crees, es elemental. Sales por esa puerta y tendrás un infierno de problemas.
Exequiel (Nervioso. Se desplaza indistintamente por todo el escenario. Trata de esconder al maniquí).— En esta ocasión debemos ocultarlo lo más pronto posible... ¡Ajá!.. Quizás mejor lo ocultamos en una bolsa negra. Le llevamos hasta el carro... y ¡ya!
Aura— No es tan sencillo.
Exequiel— ¿Qué sugieres?
Aura— Esperar el mejor momento.
Exequiel— ¿Cuándo será ese momento?
Aura— Depende de cómo procedamos con la situación dentro.
Exequiel— Lo que hay que hacer es marcharse.
Aura— Si escapamos así. Termina todo.
Exequiel— Lo que soy yo...
Aura (Saliendo por la puerta y dejando encerrado a Exequiel).— ¡Te quedas conmigo! ¡Te quedas conmigo!...
Exequiel— ¿Y culparme de tu crimen?... (Levanta la voz para él) ¡De tu crimen... de tu crimen!...
Aura (En off).— Te quedas conmigo mi amor…
Ezequiel (Llorando, mientras que la luz desciende).— Te amo.


Capítulo segundo
—El espejo—

Exequiel abraza con pasión al maniquí como si ello fuera parte de una relación estable. Aparecen los Hombre uno y dos en una imagen de vídeo proyectada al fondo del escenario. Son hombres repulsivos, representados por un mismo actor.


Hombre uno (Ríe sarcásticamente).— Han cometido un crimen.
Hombre dos.— Es cierto...
Hombre uno.— Su salida será quedarse con ese cuerpo... No sé que van a hacer con él...
Hombre dos (Ríe con tono de burla).— Yo sé que le hará.
Hombre uno (Curioso).— ¿Anda dime qué le hará?
Hombre dos (Igual).— ¿No imaginas?
Hombre dos.— No, ayúdame.
Hombre uno.— Careces de imaginación...
Hombre dos.— Anda, vale, dime de qué se trata...
Hombre uno.— Usa tu imaginación.
Hombre dos.— Lo hago.
Hombre uno.— ¿Qué se puede hacer con un maniquí?
Hombre dos.— No sé, dímelo.
Hombre dos.— Hacer el amor...
Hombre uno (Se proyecta sorprendido, en su rostro hay evidente cinismo).— ¿Tanto así?
Hombre dos.— Y más... (Se apaga el video)
Exequiel (Acariciando el maniquí).— He venido hasta aquí para encerrarme y, de momento, estaré a solas contigo. Esa mujer me tiene realmente confundido. Sale y me dice que soy culpable del crimen, pero tú estás aquí. (Señalando al maniquí) Aceptando cada una de mis caricias. Retomo cada uno de tus miembros. Es la ventaja que tengo con respecto a ti, Aura. Deseas mantenerme bajo tu custodia. No sé qué pretendes. No lograrás nada...
Aura (Entra Aura con control absoluto de la situación).— ¿Cómo que no lograré nada? Soy dueña de todo. De todo lo que ves, sientes o respiras...
Exequiel— Pero no de mí...
Aura— ¿De ti? Eso depende.
Exequiel— ¿De qué?...
Aura— De que hagas todo cuanto pido.
Exequiel— ¡No lo aguantaré!
Aura— ¡No queda otra opción Exequiel!
Exequiel— ¡No es posible!
Aura— Sí lo es.
Exequiel— Todo es una mentira. Nada aquí es cierto. Nelly me dirá qué hacer.
Aura— Nelly está muerta. Aparentemente, pero no es así.
Exequiel— Cómo será entonces.
Aura— Como te dije, si no respetas las normas serás culpable.
Exequiel— ¡Cómo acepto tal desfachatez?
Aura— Es asunto tuyo.
Exequiel— ¿De lo contrario?...
Aura— De lo contrario tendrás toda la carga del crimen.
Exequiel— En el curso de los acontecimientos, muchas son las cosas que pueden cambiar...(!)
Aura— Como el amor que tú sientes por mí...
Exequiel— Así que tu único interés es…
Aura— Amarte...
Exequiel— ¿Amarme?
Aura— Acércate al maniquí y puede que encuentres algunas respuestas…
Exequiel— …¿Cómo si el maniquí está muerto?...
Aura— …Del amor, de la política, del país…
Exequiel— ¿Qué tiene que ver el amor con la política?
Aura— Aquí encontrarás muchas respuestas.
Exequiel— Es absurdo.
Aura—¿El amor?
Exequiel— No, que nombres a la política.
Aura— ¿Qué dices? Si por el contrario, el amor es un acto político. (Pausa corta. Cambia, toma una actitud agresiva)
Exequiel— En estos días todo es una mierda, el país, los sentimientos. Nuestros afectos... porque pienso que todo extraño cuando uno no encuentra qué hacer con la realidad.
¿Vale la pena que uno se encuentre atado, obligado? Será, entonces, la realidad cómo esta muñeca que toco con pasión a tu manera...
(Ríe nerviosamente. A Aura) Te aferras a cualquier cosa y haces lo que te venga en gana. Justamente, como lo estás escuchando: «lo que te venga en gana»... Por ejemplo, ser un rey de mierda que hasta el culo le duele. No creas ese rey es un guevón que ha perdido todo. Lo único que le interesa son los paparasis… ¿O te habías creído el cuento? Con todo, está cortado por la noche, por todo el resto que le queda. El abandono, la mierda. Sí, la mierda…
Aura— Pero no puedes confundir las cosas...
Exequiel— ¡No hables de confundir!...
Aura— Claro...
Exequiel— Nada está claro, espera... esto es como el país.
Aura (Cambia su conducta).— ¡De ningún modo confundas las cosas! Tú por ahora estás atrapado, sólo atrapado.
Exequiel— A pesar de que me tienes atrapado, lo estás tú más que yo, entre paredes que ni tuyas son.
Aura— ¡Quieres confundirme!
Exequiel— En cada rincón estás atrapada. Siendo dueño de nada, (ríe sarcásticamente) ni siquiera de ti misma.
Aura— Vas a hablar de política a última hora.
Exequiel— Todo lo es, mi querida Aura
Aura— Pero no en este caso.
Exequiel (Pausa larga).— ¡Coño! Algo tengo que decir. ¡Me hallo en tus manos! ¿Qué más puedo hacer?
Aura— ¡Lo que te ordene! ¡Debes quedarte aquí! Como he dispuesto. (Pausa. amenaza con la daga a Exequiel) Nada de cambios. Sólo estarás bajo mi control. ¡Quédate inmóvil! Esperando mi designio.
Exequiel (Nervioso).— Cálmate.
Aura— ¡Soy quien da las órdenes!
Exequiel— Por favor, tómalo con calma.
Aura— ¿Calma, cuando he esperado tanto por este momento?
Exequiel— ¿A qué te refieres?
Aura— Al control sobre ti.
Exequiel— Me confundes...
Aura— Es la idea...
Exequiel— Termina con esto.
Aura— Cuando quiera.
Exequiel— Toda esta locura no me interesa y haré lo que dicte mi conciencia.
Aura— Es decir, mis necesidades.
Exequiel— No exactamente.
Aura— ¿Qué entonces?
Exequiel— ¡No te soporto!
Aura— ¿Y?...
Exequiel—Que la realidad es otra (!)
Aura— Sin embargo tengo el control de la situación...
Exequiel— Dirás de la mierda...
Aura— Como quieras. Pero tengo el control.
Exequiel .— ¡De la mierda te digo!
Aura— De la mierda no. De tu amor.
Exequiel— Coño. ¡Cállate!
Aura— ¿Ves cómo me amas?
Exequiel (Arrojándole su pecho).— ¡Clávame esa mierda de puñal!
Aura— Sí, tu amor es único.
Ezequiel (Igual).— Mátame…
Aura—¿Por qué?
Exequiel— Porque no sé si te amo o te odio. No sé si quedarme o huir. Si resistir esta mierda de esperar que me claves ese puñal.
Aura— Realmente es una declaración de amor...
Ezequiel.— He llegado hasta aquí con la excusa de traerte un recado, como siempre, de oficce boy y aquí estoy. Embebido de tu mierda. ¡Acaba con esta farsa!... ¡Mátame!...
Aura (Amenazando con la daga a Exequiel).— Si así quieres... (Duda) No, no puedo...
Exequiel— ¿Por qué?
Aura— Porque te amo. (Suelta la daga)
Exequiel— ¿Qué dices?
Aura— Que te amo.
Exequiel— Mátame, por favor, mátame.
Aura— La fuerza de mi amor es mayor.
Exequiel— Sácame de aquí.
Aura— Mi amor te contendrá como cuando yo esperaba por ti. Tardes he estado aquí sola. En este lugar que no existe, lo he recreado para ti. Esperándote.
Exequiel— ¡Estoy atrapado en este lugar de putas!…
Aura— Te hablo en serio.
Exequiel— Yo también.
Aura— Te amo.
Exequiel— ¿Qué carajo dices? No te entiendo.
Aura— Ahora más que nunca hablo en serio.
Exequiel— Te odio.
Aura— Te deseo.
Exequiel— Te desprecio.
Aura— Te quiero.
Exequiel— Vete a la mierda (!)
Aura— Hasta llegar a tu corazón.
Exequiel— ¡Mejor si te mueres!
Aura— Mi amor por ti es insuperable.
Exequiel— ¡Me fastidias, vieja!
Aura— Siempre unidos.
Exequiel— Cállate.
Aura— Te amo…
Exequiel— Haz lo que quieras…
Aura— Lo que quiera no podrá ser.
Exequiel (Igual. Señalando el lugar).— De todos modos sabrás que no te amo...
Aura— Siento que sí.
Exequiel— Pueda que tus sentimientos estén confundidos.
Aura— Como los tuyos.
Exequiel (Pausa larga).— Poco importan mis sentimientos, deseo salir...
Aura— Caramba, de pronto, te has puesto muy reflexivo. (Vuelve en sí. Continúa amenazando a Exequiel) ¡Permanece tranquilo! Por ahora estás en mis manos y harás lo que te ordene. Ahora aspiro tu calma. (Pausa. Retira una cuerda del tocador) Ten la cuerda.
Exequiel— Con ella puedo librarme...
Aura— Átate.
Exequiel— Pero...
Aura— ¡Hazlo!
Exequiel— ¿Me concedes usar el dollwrist?
Aura— Como quieras... No trates de confundirme...
Exequiel— No puedo solo.
Aura (Se le acerca y lo ata al escaño del mueble. Aún le amenaza con la daga).— Probaré colocarte la muñeca muy cerca. (Busca el maniquí y lo coloca a un lado de Exequiel) ¿Está bien aquí cerca de tu pierna?
Exequiel— Bueno ahora que nos hallamos en esto. Está bien, acércalo más... ¡Allí!...
Aura— Jamás...
Exequiel— Eso es... bien cerca la quiero...
Aura— ¡Coño! No estoy jugando.
Exequiel— No te enfades, sólo acércamela a las piernas.
Aura— No tengo toda la noche para ti.
Exequiel— Siempre cerca de la muñeca.
Aura— Me cansas. ¡Me está dando arrechera!
Exequiel— ¿Estás celosa?
Aura— ¡No es a ella a quien tienes que amar?
Exequiel— ¿A quién entonces?
Aura— A mí coño.
Exequiel— Ay… estás celosa…
Aura— …Sí, ¿y qué?...
Exequiel— Es sólo una muñeca.
Aura— ¡No!
Exequiel— Sí, mírala bien.
Aura— Se llama Nelly…
Exequiel— Lo sé…
Aura— ¡Qué te excitaste con ella?
Exequiel— Nelly me lo mama cuando tú no estás…
Aura— …Me estás haciendo arrechar carajito. Cálmate…
Exequiel— ¿Qué recibo a cambio si me calmo?
Aura— No eres quien pone las condiciones.
Exequiel— Si existe algún tipo de amor de tu parte tienes que darme una oportunidad...
Aura— Viéndolo así tienes razón.
Exequiel— ¿Te das cuenta? Ya te estás aplacando.
Aura— ¿Qué deseas?
Exequiel— Una pequeña oportunidad... La que tú digas, ¿quieres?
Aura— Por ahora pienso en un comercial.
Exequiel— ¿Un comercial? Es necio.


Oscuro


Escena segunda
—El comercial—

Aura aparece simulando un comercial de gaseosa. Toma un envase de lata, disfruta. Al fondo se deja ver un video publicitario de «Cocacola»

Exequiel— ¿Qué quieres decir con un comercial?
Aura— Sencillo, te sientas allí...
Exequiel— Claro, estoy atado...
Aura— Tan sólo presta atención: seré la chica del comercial y tú el chico... (Se coloca detrás de Exequiel —guarda la daga consigo— y canta) ... siempre cocacola...
Exequiel— ¿Cocacola?
Aura— Sigue a la canción…
Exequiel— Co... ca... cola...
Aura— Es fácil, cálmate.
Exequiel— ¿Cómo?
Aura— Sólo canta siguiendo las pautas de la publicidad...
Exequiel— Me quedo sin entender.
Aura— ¡Vamos canta, baila, juega con coca cola!...debes hacerlo... no pierdas la oportunidad de ser un hombre feliz. Sé un día pepsi o... coca cola, como tú quieras...
Exequiel— Coca cola... o pepsicola...
Aura (Vuelve a tomar el arma).— ¡Con más emoción!, por favor...
Exequiel (Igual).— ¡Coca cola!...
Aura— Así no...
Exequiel (Señalando al maniquí).— Deseo cantar con Nelly...
Aura— ¡No!
Exequiel— Pero Aura...
Aura— ¡Coño que no!
Exequiel— ¡Me es difícil!
Aura— Inténtalo, no es nada difícil. Inténtalo.
Exequiel (Insistiendo).— Deseo hacerlo con Nelly.
Aura (Molesta).— ¿Por qué insistes?
Exequiel— Porque me entran ganas... (Insinúa un complejo deseo hacia el maniquí) ¿Te das cuenta de sus contornos?.. Son algo especiales...
Aura— ¡No pierdas la atención sobre el comercial.
Exequiel (Confundido entre el juego y la realidad, se empecina con el maniquí).— Me interesa es Nelly...
Aura (Camina alrededor de él, sin permitirle moverse).— No, es el comercial. Coca cola. ¿Entiendes? Coca cola...
Exequiel— Claro, no entiendo...
Aura— Primero el comercial y después ella.
Exequiel— De acuerdo.
Aura— Siendo así, volvamos al principio.
Exequiel— ¿Otra vez?
Aura— Desde luego.
Exequiel— Okey.
Aura—Hacer todo cuanto yo pida.
Exequiel—¿Todo?
Aura— Todo...
Exequiel— Pero sólo me interesa ella. (Señala al maniquí)
Aura— Ella no es el canal, la propaganda... Coca cola... ¿Entiendes?
Exequiel— En todo caso es la muñeca. Con ella me puedo entender.
Aura— ¡Coca cola!..
Exequiel— ¡La muñeca!..
Aura— ¡Coca cola. No la muñeca!
Exequiel (Se mantiene alrededor de la muñeca).— ¡Quiero a la muñeca!
Aura— ¡No!
Exequiel— Quiero estar con ella. La deseo profundamente.
Aura— ¡Ella no pertenece a la realidad!
Exequiel (Mantiene movimientos acompasados alrededor de la muñeca).— Ella pertenece a mi realidad.
Aura— ¿Vas a insistir con eso! Esa mierda es un muñeca (!)
Exequiel— Es dollwrist. Tú lo decías.
Aura— Una muñeca coño. ¿Cómo carajo va a formar parte de tu vida?
Exequiel— No sólo tú has esperado aquí. Sabía que este lugar existía.
Aura— ¿Cómo?
Exequiel— Sabía que Nelly estaba aquí. La encontraba sola y…
Aura— …¿Te masturbabas con ella?...
Exequiel— … y hablaba con ella…
Aura (Se ríe).— Coño échame una de vaqueros (!)…
Exequiel— No, ella existe para mí. No sólo para ti. Por eso estoy aquí. Nada ha sido una coincidencia…
Aura— Cállate.
Exequiel (Toca a la muñeca).— Sus piernas, su bello rostro. Todo ha llegado a mí. Ahora la puedo tener conmigo, besar sus labios, (Besa sus labios) tomar sus piernas, estar cerca de ella: es la propia esencia del amor...
Aura— ¡Estas no son las reglas del juego!
Exequiel— Poco me importa. (Continúa con los movimientos acompasados alrededor de la muñeca)
Aura (Procura cambiar la situación).— ¡Este juego lo domino yo!
Exequiel— No se trata de un juego, sino de la vida.
Aura (Hace entrever que conserva consigo la daga. Insistiendo).— ¿Qué tal si cambiamos de juego?
Exequiel— Ella es mi vida.
Aura (Termina de tomar el arma).— Es aquí dónde está la vida...
Exequiel— Entre mis piernas, con ella... ¿Qué haces?
Aura (Amenazando con la daga).— Al fin te tengo...
Exequiel (Abrazando la muñeca).— Juntos... Te amo.
Aura— ¡Si no eres para mí, no serás para nadie! Me siento feliz, ver terminado mi encuentro. He logrado mi propio final. No esperaba tanta satisfacción aún mismo tiempo. Como pueden notar esta es una historia feliz. ( A Ezequiel) Tienes que comprender que el amor es una suerte de riesgo. No sabrás con certeza cuando será tu decisión correcta, en cambio, sabrás que ya no estarás solo… ¿Cuánto crees que me ha costado la soledad? ¿Tener la falta de alguien cuando despiertas? No es fácil aceptar que, pese a tus amantes, has tenido que resistir la soledad. ¡No permito verme rechazada!
Unos duran, otros menos. Mi alegría se conmueve de una tristeza. Estás aquí, como yo, has tenido amantes. ¿Comprendes? Es cuestión de entregarse en cuerpo, no en alma. Porque el cuerpo es el alma y «El cuerpo se entiende con el cuerpo» Si no eres para mí no serás para nadie.


—El sótano—

Aparece Rubén proyectado al fondo en video. Mantiene una sonrisa sarcástica. Su rostro se le hace al público cada vez más cerca, como aproximándose al lecho de muerte. Al fondo suena «Funeral March, Sonata No.2 para piano de Chopin». A objeto de acentuar aquél juego sarcástico de la escena.

Rubén (Desfalleciendo).— ¡Aaaay! Pobrecitos, ¿verdad?, cómo han terminado... ¡Aaaay! verdad que si vale... (Risas en off) Mírenle las caras... ¿Y la muñeca? También... ¿Están muertos, cierto?
Qué creen? (Risas en off)
(Enfatizando con el público) Como pueden notar, querido público, este ha sido final de su telenovela... Amores de juventud (Pausa. Ríe sarcásticamente)
Ahora tendremos que preparar un segundo capítulo de esta telenovela...
No, mejor vayamos pensando en una nueva, para que el espectador mantenga la audición.
¿Pero qué opinan si mantenemos la idea de que sea la mujer quien tenga la iniciativa? ¿Eso parece gustarle mucho a la gente? Así el rating aumenta.
No sé. (Señalando al público) Preguntemos al público... (Simula preguntar a alguien del público. Se detiene. Risas en off. Se apaga el video sólo se escuchan las risas y su voz en off: ¿quién carajo dejo este sótano abierto como para que pasara esta vaina? Ahora tendré que comprar a más de uno del Ministerio Público. Cuando se vaya la policía mandaré a cellar este sótano…

Oscuro

Fin del capítulo
Fin de Dollwrist



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juan martins