jueves, 17 de mayo de 2007

LAS MUJERES SON COSAS DE MUJERES Y LOS HOMBRES TAMBIÉN

LAS MUJERES SON COSAS DE MUJERES Y LOS HOMBRES TAMBIÉN
(o Retratos de un encuentro casual 2)
Autor: Ana Maugeri

Una estación de micros de larga distancia, un largo banco donde está sentada Mimi (cerca de los 40 años) con un bolso y otra bolsita de mano, a la espera del micro que la llevará a Mar del Plata. Mimi está relajada aunque atenta, con lápiz y revista haciendo palabras cruzadas, y cantando “Si te vas” (versión Carmen Flores). Mimi es moza en un pub, se viste sin prejuicios, calzas, remeras escotadas, aros llamativos, etc.
Marta (cerca de los 30 años)es médica, se viste con jean elastizado, con adornos, tipo Kosiuko, remera o blusa de buena calidad, zapatos y cartera del mismo color de buen cuero. Está dando vueltas por la estación a la espera del hombre que ama, que supuestamente vuelve de un viaje. Está inquieta y a la defensiva. Se sienta en el mismo banco donde está Mimi.
Pablo (33 años) empleado en un banco y fanático bailarín de tangos. Se viste con jean, camisa blanca, saco canchero, zapatos muy lustrados y una corbata que lo identifica. Llega a la estación a encontrarse con una “dama” que conoció a través del chat. Ella debe llegar en un micro desde Necochea.
Pamela (30 años) travesti que viene a encontrarse con Pablo que conoció a través del chat, y que obviamente no le dijo su condición sexual.
Se decreta un paro sorpresivo de transporte de media y larga distancia y no les queda otra que esperar.

Se encienden las luces y se ve a Mimi sentada, hojeando una revista y cantando “Si te vas”. Marta da vueltas como buscando a alguien hasta que se sienta en el mismo banco donde está sentada Mimi.

Mimi: (leyendo en voz alta la revista, mientras busca un lápiz en su bolso “llevatuti”) Animal que en la infancia camina en cuatro patas, de adulto en dos y de viejo en tres...(se queda pensando) ¡un anormal debe ser!

Marta: (no lo puede evitar y contesta) el hombre

Mimi: (la mira) le dije, un anormal! (amigable le tiende la mano) Me llamo Mimi, voy a Mar del Plata ¿y Ud.?

Marta: no, yo no voy a Mar del Plata (cortante)

Mimi: ¿y cómo se llama?

Marta: ¿por qué me pregunta?

Mimi: (se corre y la mira como sacándole una rx) no me diga que tiene la paranoica, yo tengo una amiga, bueno, en realidad es compañera de trabajo, yo soy moza en un pub sabe, y ella, la Dolores, siempre pregunta ¿por qué me decís esto, por qué me decís lo otro, por qué me lo preguntás?, un día me hinché y la mandé al carajo, pero la pobre me dijo que el doctor le había dicho que ella tenía esa enfermedad “la paranoica”, no es del cuerpo, es del coco, entonces la perdoné a la Dolores (pausa) y encima con ese nombre y Ud. ¿cómo me dijo que se llama?

Marta: no le dije

Mimi: ah, por eso no me acuerdo (se queda mirándola) usted seguro es doctora ¿cómo se llama, doc?

Marta: (un poco tensa y sorprendida) ¿cómo lo supo? (Pausa) me llamo Marta

Mimi: yo tenía una prima que también se llamaba Mirta

Marta: Marta

Mimi: Mirta

Marta: no, Marta

Mimi: Mirta, no voy a saber yo cómo se llamaba mi prima. La probrecita se murió joven, decían que en la casa habían enterrado un cuchillo y que por eso se murió. ¿ud. cree en eso?

Marta: no, yo no creo

Mimi: (lee otro renglón del crucigrama) Reunión de poetas célebres, ¿reunión de poetas célebres? (no sabe)

Marta: (le dice la palabra correcta) Pléyade

Mimi: ¡cómo sabe ud.! ¿quiere una? (le ofrece una revistita con crucigramas)

Marta: no, no me gustan

Mimi: bueno, entonces déjeme pensar solita

Marta: perdón, pensé que ud....

Mimi: por favor, no piense por mí.(curiosa) Digamé Mirta ¿espera a su novio?

Marta: Marta, (pausa) espero a alguien que no sé si es mi novio

Mimi: (sorprendida) con lo preparadita que es y no sabe si es su novio.(se entusiasma dándole instrucciones) Mire, es muy simple, es su novio si se quieren, se besan y...(hace algún ademán) ¿me entiende? Y si además piensan en casarse

Marta: (le tocan un punto débil) lo quiero, nos besamos y demás, como usted dice, pero él no quiere casarse ni nada que se le parezca

Mimi: ah, de ésos conozco varios (hace la pantomima) ¡Hola Mimi, qué tal si nos tomamos unos tragos y después...! (cambiando el tono) después amanezco sola como siempre (Pausa) solo el Antonio era cumplidor, se quedaba a dormir y después se iba, sabía que me gustaba despertarme acompañada

Marta: de todas formas se van a ir

Mimi: pero Marcela no sea tan descreída

Marta: Marta

Mimi: tampoco hay que suicidarse por eso

Marta: lo pensé muchas veces pero...

Mimi: (la interrumpe, se levanta y se le pone enfrente) Ah no, usted no se me suicida, usted se viene conmigo a Mar del Plata, espere, voy a ver si hay pasajes

Marta: ¿Usted se volvió loca?

Mimi: ¿Usted se quiere suicidar y yo soy la loca?

(Sale Mimi, se queda Marta sola)

Marta: pero quién le dijo que yo quiero suicidarme, eso me pasa por estar hablando demás. (Mirando para todos lados) El no va a venir y ya sé cómo termina esto, seguro que lo viene a buscar la esposa, mejor me voy, no quiero seguir siendo de segunda, soy como una extranjera para él, recibiendo las migajas de sus horarios libres, peor, sus entrehoras, soy una mina para los ratos muertos en el medio de la vorágine de su vida de ejecutivo de película. No existo los fines de semana, (enojándose) ¿pero qué soy? (con tono de autorreproche), que no me vean, que no me escuchen, que nadie me conozca, (tono amoroso imitando al hombre) sos divina, sos una mujer increíble (cambio de tono) pero por favor ubicate, tampoco puedo rifar mi vida, (se enoja al darse cuenta) ¿y yo qué? Por favor, que alguien me diga qué tengo que hacer!!!

(Entra Mimi que no escuchó lo que dijo Marta )

Mimi: Usted se queda acá, dentro de un ratito abre la ventanilla, me lo dijo ese bombón que anda dando vueltas, debe ser un chofer (mirando hacia donde está el bombón y coqueteando)

Marta: (un poco asustada y queriendo irse) ¿pero usted quién se cree que es para decirme lo que tengo que hacer, se cree que es mi mamá?

Mimi: dios no lo permita!, no soy su mamá, pero ella debería ocuparse un poco de usted y no dejarla sola con esas ideas en la cabeza (Pausa, la mira de cuerpo entero) aunque está un poco grandecita ya

Marta: (se levanta como para irse) mire, no se enoje, yo le agradezco su preocupación, pero usted entendió mal, no pienso suicidarme, amo la vida, amo mi profesión, amo todo lo que tengo y...

Mimi: y ama a ese hombre!!!

Marta: (cae rendida sobre el banco) sí, pero no vale la pena que sufra por él, ninguna mujer debería sufrir por ningún hombre, ¿por qué será todo tan difícil, “por qué adoro a quien me maltrata y maltrato a quien me adora?”

Mimi: ¡qué lindo eso!

Marta: no es mío, es de sor Juana. (Sigue) Mi psicólogo siempre me dice que tengo que cambiar de posición, que no puedo seguir creyendo las mentiras, dejando que jueguen conmigo

Mimi: “un psicólogo argentino mostrándole el camino” Sabina

Marta: (intenta levantarse) gracias de nuevo por su solidaridad pero yo me voy

Mimi: (la agarra del brazo) solidaridad las pelotas, una vez que tengo algo importante para hacer, usted no me lo va a sacar

Marta: ¿perdón?

Mimi: yo la voy a cuidar, se viene conmigo a Mar del Plata y va a ver que cuando vuelve todo se acomoda mejor

Marta: pero...

Mimi: (interrumpiéndola) pero sí, Mercedes, si quiere llame a su mamá, así no se preocupa

Marta: (ya un poco contrariada) no soy Mercedes, y mi mamá vive en España

Mimi: llámela igual, seguramente ella quiere saber dónde está usted

Marta: usted sí que no conoce a mi madre

Mimi: no, yo conozco lo que es no tener madre, así que mejor la llama a la pobre señora que está tan lejos de su hija

Marta: oiga, ¿usted le tiene lástima a todo el mundo?

Mimi: (con sequedad) NO

Marta: mejor siga con sus crucigramas porque yo me voy (no puede dejar de mirar hacia todos lados)

Mimi: no puede dejar de buscarlo, ¿no? (Pausa) y digamé, si lo encuentra, ¿qué le va a decir?

Marta: (indecisa) nada, no sé, o sí, le diría solo vine para verte o ¿querés que tomemos un café?

Mimi: bueno, ahí hay un barcito

Marta: no, eso es lo que le diría a él

Mimi: ah claro, ¿y por qué no puede tomar un café conmigo, digamé por qué conmigo no?, si total hay que esperar

Marta: pero no, no es que no quiera tomar un café con usted, pero no la conozco, qué sé yo quién es usted

Mimi: y acaso lo conoce a él, al que espera digo, mire ya me la imagino, está tan desorientada que parece no saber a quién espera

Marta: (mirando con insistencia hacia otro lugar donde ve a una mujer, el público no la ve, ella no puede dejar de mirarla) Esa mujer que está parada al lado de la ventanilla, ¿es rubia?

Mimi: (mirando sin mucho interés) parece, quiere que le pregunte si usa 7 ó 7 y medio, porque teñida seguro que es

Marta: entonces es ella, tiene que taparse las canas porque es bastante vieja

Mimi: ah, ¿y usted es la pendeja que se levantó al jovato de la vieja esa?

Marta: no me hable así, además él está impecable

Mimi: sí, gracias a las canas de esa pobre

Marta: oiga, ¿usted de qué lado está?

Mimi: no sé, pero no estoy de parte de quien se cree que un hombre es impecable por sí mismo, no estoy del lado de las tontas

Marta: ah, usted no sabe cuál es el animal que de chico anda en cuatro patas, de adulto en dos y de anciano en tres, ni sabe cómo se llama una reunión de poetas célebres ¿y resulta que yo soy la tonta?

Mimi: sí, yo no sabré todo eso, pero lo que sí sé es que a todo hombre que se lo ve “impecable” es porque se sostiene de una mujer, solitos no hay hombres “impecables”. (Pausa) ¿Qué carajo quiere decir “impecable”?

Marta: (se queda pensando) bueno, estrictamente hablando...“impecable” quiere decir “sin pecado”

Mimi: joder!!! diría mi vecina, la gallega, el tipo no tiene pecados y se coge a la doctorcita y adorna la cabeza de la canosa. Las tinturas vienen buenas, ¡tapan hasta los cuernos hoy en día!

Marta: (totalmente sacada por lo que dice Mimi, se traga lo que le contestaría y haciéndose la amiga) ¿usted no me haría un favor?

Mimi: depende de qué se trate, porque yo no tengo estudio pero sé lo que está bien y lo que está mal

Marta: ¿se anima a preguntarle a quién espera?

Mimi: ¿a quién espera quién?

Marta: la... (señalando a la mujer)

Mimi: ¿la canosa?

Marta: (haciendo gesto afirmativo con la cabeza)

Mimi: (levantándose) pero ¿y qué gana con eso? (sale cantando la misma canción u otra)

Marta: (pensando en voz alta) tampoco pierdo nada, o sí, ¿qué pierdo, qué gano?, si pudiese pasar en limpio lo que siento, siento rabia y lo peor, siento pena por mí, ¿qué gano y qué pierdo? Yo sé que llevo las de perder, que él nunca se va a separar, que no va a desarmar su nido, que puede seguir así, teniéndome cada vez que quiera y nada más ¿Qué gano? Nada, ¿qué pierdo? Todo

Mimi: (vuelve riéndose y cantando la canción “Si te vas” como contestándole algo seductor a algún hombre que le dijo un piropo) La canosa no espera a nadie, o mejor dicho, espera lo mismo que yo, que se levante la huelga, se va a Mar del Plata a encontrarse con el marido que viajó por asuntos de su empresa

Marta: (sorprendida) ¿le sacó la radiografía?!!!

Mimi: (sigue) parece que vende papel

Marta: ¿qué?!!!

Mimi: (sigue) el papel será muy necesario, pero un tipo que vende papel debe ser un bolu

Marta: (interrumpiéndola) él vende papel

Mimi: sí, el marido de la canosa vende papel

Marta: noooo, no entiende, el hombre que yo espero también vende papel

Mimi: (asociando) pero deje de hacer el papel de estúpida!!! O se aviva o se aviva, no hay otra, deje de llevar a ese hombre como una piedra atada al cuello

Marta: tiene razón, tiene razón, no puedo seguir cargando con esta historia, yo esperándolo y él la invita a pasar unos días a Mar del Plata, soy una estúpida!!!

Mimi: (que estuvo todo el tiempo asintiendo con la cabeza) y sí

Marta: espere, usted no tiene por qué decirme que soy una estúpida

Mimi: usted lo dijo

Marta: yo lo dije pero (pausa) bueno, usted también se queja de que amanece sola, no se haga la que se las sabe todas

Mimi: Ja!!! Acabáramos ¿quién le dijo que yo sé algo? Yo no sé nada, ni siquiera sé cómo hacer para saber, pero eso no me impide saber cuándo otra tampoco sabe

Marta: claro, y usted cree que yo no sé

Mimi: no lo creo, lo sé

Marta: (confundida) bueno, basta, todo esto no tiene sentido, lo mejor es que vuelva a mi casa y punto

Mimi: ¿no quiere venir conmigo a Mar del Plata?

Marta: ¿a qué? ¿a ver cómo él la espera a la vieja, digo a la señora?

Mimi: (haciendo voz de viejita) y la ayuda con la valija a la pobre canosa que sola no puede porque es muy vieja y porque tiene artrosis, reuma deformante y ya ni se mueve en la cama (riéndose)

Marta: yo nada más dije que es una señora mayor

Mimi: vaya a verla de cerca, esa mujer está mejor que usted y yo juntas

Marta: (con intriga mirando hacia donde está la canosa) ¿le parece? ¿la miró bien?, aquí no hay mucha luz

Mimi: esa mujer sí que está impecable!!!

Marta: (con odio) mejor para ellos.(Se levanta para irse) Mimí, gracias por todo y que le vaya bien

Mimi: Mimi, sin acento

Marta: ¿cómo? (volviendo)

Mimi: que mi nombre no lleva acento

Marta: bueno, en realidad no es un nombre, es un sobrenombre

Mimi: ¿cómo que no es un nombre? Es mi nombre, ningún sobrenombre y va sin acento

Marta: (obsesiva) ¿y figura así en los documentos?

Mimi: (buscando en su cartera) claro, mire

Marta: no hace falta que me muestre, yo no soy policía (sentándose)

Mimi: no, pero es bastante desconfiada, no sé cómo se aguanta salir con un hombre casado

Marta: ¿qué tiene que ver? Además él me dijo que con la mujer no pasaba nada y que estaba pensando en separarse

Mimi: sáquese la duda, la señora que está ahí, no colgó los guantes ni los piensa colgar

Marta: prefiero no saber más e irme, cuando me llame por teléfono aclararemos las cosas (suspira)

Mimi: si es que la llama

Marta: ¿...? (suspira)

Mimi: ¿qué le pasa que está dele (la imita suspirando)

Marta: no me pasa nada, suspiro

Mimi: ¿sabe lo que es un suspiro?

Marta: sí, viene del latín suspirium, es una aspiración prolongada

Mimi: (la interrumpe) qué prolongada ni ocho cuartos. Un suspiro es el aire que le sobra por alguien que le falta, mejor véngase conmigo a Mar del Plata, me prestan un departamentito de un ambiente, las dos nos podemos arreglar bien, nos vamos a la noche al casino y seguro conocemos a algunos muchachos

Marta: ¿muchachos?

Mimi: ¿qué dije de malo? Muchachos, sí, tipos, hombres, machos, que estén solos, sueltos, como nosotras

Entra Pablo a escena, mirando hacia todas partes. Ellas mientras siguen hablando no le sacan los ojos de encima.

Marta: yo no estoy sola ni suelta

Mimi: ah no, claro, usted está con su marido, sus hijos, su mamá que la llama todos los días desde España y

Marta: (interrumpiéndola) Basta!!! Por favor, ¿qué quiere hacer una reunión de solos y solas?

Mimi: fui alguna vez a esos lugares, pero no me sentí cómoda, yo creo que al amor de mi vida lo voy a conocer de casualidad, de forma inesperada, no sé, tengo esa intuición

No dejan de mirar a Pablo mientras hablan

Marta: ¿y cómo piensa que va a ser el amor de su vida?

Mimi: no lo pienso, pero sé que cuando lo tenga en frente, voy a saber que es él

Marta: envidio su seguridad

Mimi y Marta se quedan calladas mirando a Pablo que está parado frente a ellas mirándolas. Lleva puesta una corbata muy llamativa.

Pablo: perdón que interrumpa ¿alguna de ustedes es Pamela?

Mimi: no, yo soy Mimi y la doc es

Marta: Marta

Pablo: ah (con cierta mezcla de desilusión y alivio) yo soy Pablo, espero a una chica que no conozco y (se toca la corbata)

Mimi: (¡qué linda corbata!) siéntese, nosotras también esperamos (le hace lugar en el medio de las dos), ¡qué bueno, una cita a ciegas! (divertida)

Marta: (curiosa y soberbia) ¿ y cómo van a hacer para reconocerse?
(Mimi le señala la corbata a Marta)
(Marta a Mimi) no sé qué le divierte tanto ¿y si se lleva una sorpresa desagradable?


Pablo miró a una y a otra mientras hablaban.


Pablo: ¿ustedes son amigas?

A la vez Mimi dice sí y Marta dice no

Pablo: nunca entendí a las mujeres pero no es de caballero meterse en vida ajena

Mimi: pero no hombre, metasé, por favor, metasé, ¿qué quiere saber? Yo me voy a Mar del Plata a pasar el finde, la doc espera a alguien que no va a llegar y usted espera a alguien que no conoce

Pablo: (como aclarando) a Pamela

Marta: ¡qué nombre! (con cierta burla)

Mimi: es lindo nombre, siempre que no le ponga un trencito adelante (se ríe)

Marta: Mimi, por favor!!!

Pablo: (no se engancha) hace cuatro meses que nos conocimos con Pamela, a través del chat y bueno, llegó el fin de semana largo y ella me dijo ¿voy yo o venís vos? Yo le dije que prefería que viniese, porque acá en capital hay más lugares para llevarla a pasear. Yo bailo tango y la quiero llevar a un circuito tanguero, y ella se reentusisamó, quiere aprender y yo, la verdad, le quiero enseñar (pausa) todo (se toca la corbata)

Mimi se entusiasma y empieza a cantar un tango, Pablo enseguida se levanta y empieza a hacer algunos pasitos de baile y saca a bailar a Marta, mientras Mimi sigue cantando.

Mimi: mi Dios!, doc mejor siga con los pacientes (da a entender que baila muy mal)

Pablo y Marta dejan de bailar y se vuelven a sentar como antes.

Pablo: (continúa con su casi-monólogo) yo quiero enseñarle todo a Pamela, a bailar, pero también quiero que aprenda cosas de la vida, quiero que vea la vida como la veo yo. Esta vez va a ser distinto, digo porque yo antes estaba de novio con Pandora

Mimi: siempre pensé que era una caja

Marta: (aclarando) la caja de Pandora

Mimi: ah, era una mujer llamada Pandora que tenía una caja

Pablo: pero Pandora se fue y me dejó, era mi compañera de baile, pero sobre todo era mi compañera de vida, la muy hija de puta se fue con otro

Mimi: che, che, che, pare la mano, ¿por qué la insulta?, nadie es vitalicio en nada

Marta: tiene razón, y menos en cuestiones del amor. Además, todos nos equivocamos, hombres y mujeres (a Pablo) ¿o usted nunca se equivocó? No me va a decir que nunca estuvo preocupado solo por ser el mejor, el más fuerte, el más potente y las mujeres nos equivocamos cuando insistimos en parecer más débiles, más tontas y ser solo un objeto sexual

Mimi: ni lo uno ni lo otro

Pablo: con Pamela es diferente, yo sé que no tengo que ponerme tan trágico ni tan cómico, ni tener tanta confianza ni tanta desconfianza. Me cagó una mina y bue

Marta: (enojada) pero a los tipos siempre “los caga una mina”,(cambia de tono) pobrecitos, ellos siempre agobiados, cansados por las obligaciones, preocupados por el deber ser,(levantando la voz cada vez más) por el deber de tenerla más larga, más grande y más dura, en cambio a nosotras (en tono de un hombre que le habla a una mujer) nos dicen: “perdoname, estoy confundido, dame tiempo, no quiero lastimarte pero apareció otra mujer”

Mimi: (completando la frase) “ que me está ayudando a ver la vida de otra manera”. (cambiando de tono) Y sí, por más bello que sea, el amor siempre trae conflictos

Pablo: por eso esta vez va a ser diferente, yo no quiero que Pamela tenga off de record para mí

Mimi: (riéndose) ¿qué quiere batir el record con Pamela?

Marta: (aclarando) no, lo que quiere es que Pamela no tenga secretos para él

Mimi: este hombre está perdido. Eso no existe (a Pablo), escuche Pablito, la experiencia es buena y que usted recuerde a la Pandora y lo que le pasó con ella (hace gestos de cuernos) no significa nada, porque Pamela es otra mujer y seguro viene con otra caja

Pablo: (tartamudeando) ¿qué, qué, qué quiere decir?

Mimi: ( a Marta) ¿por qué tartamudea? Seguro que oculta algo

Marta: para mí que quedó traumatizado por lo de Pandora

Pablo: yo quiero que Pamela sea transparente para mí, quiero que cierre los ojos y se deje llevar como en el tango, las mujeres se dejan llevar por la música, por el contacto de los cuerpos y por esa mano fuerte que las guía, que les indica cuál es el camino. Eso quiero, enseñarle lo que es mejor para nosotros, para construir la pareja perfecta, nosotros dos, solo ella y yo y nadie más, sin necesidad de otras cosas, sin

Mimi: sin aire (se apantalla)

Pablo: sin nadie que se interponga entre nosotros, Pamela y yo bailando, girando hacia el mejor lugar

Mimi y Marta: ¿cuál?

Pablo: el lugar de sus sueños, donde

Marta y Mimi: ( se entusiasman) ¿dónde?

Pablo: (las mira, con otro tono ) pero no es un lugar físico, es una metáfora

Mimi: ah, nunca viví en una metáfora

Marta: sirven, son necesarias pero después hay que ir a lo concreto

Pablo: el lugar donde pueda ser el centro de mi universo, que yo gire a su alrededor y ella solo para mí, porque yo quiero que Pandora sea mi reina

Mimi y Marta: Pamela

Pablo: ¿qué dije?

Marta: dijo Pandora

Pablo: para mí Pandora está muerta

Mimi: sí, pero dijo Pandora

Marta: mire Pablo, no se haga el tonto, tuvo un fallido y usted sabe lo que quiere decir

Mimi: que sigue pensando en Pandora, o en su caja ( se ríe)

Pablo: pero ustedes se creen que soy un pelotudo, que yo voy a estar pensando en una mina que me cambió por un señor que le ofrecía casamiento, hijos, casa, como si eso pudiese reemplazar nuestras noches bailando, nuestro amor de madrugada, pero ustedes creen que una mujer que me dejó así, puede seguir teniendo un lugar en mis pensamientos???

Marta: yo creo que sí

Mimi: yo no tengo dudas

Pablo se sienta en el banco apesadumbrado.

Pablo: ¿y ahora qué hago con Pamela? ¿qué hago? Díganme algo, ustedes son mujeres, ustedes saben sobre estas cosas, seguro que les pasó alguna vez (se arrepiente de lo que dijo) no, no quiero decir que las hayan dejado, pero ustedes saben, saben cómo consolar, qué decir, ¿qué le digo, cómo le digo que sigo pensando en la que me dejó?

Mimi: espere, espere, tampoco se apure tanto

Pablo: (se pone de pie en un salto) éso, apurarme, me tengo que apurar, me voy a buscar a Pandora, la perdono, seguro que ella me sigue amando, yo la perdono. (Saliendo) Chau Mimi, chau doc, gracias, cuando llegue Pamela díganle...qué sé yo, algo se les va a ocurrir (se va corriendo)

Marta y Mimi se miran anonadadas.

Mimi: Pablito clavó un clavito (se ríe)

Marta: Pablito clavó a Pamela (se ríe) ¡vio lo que son los tipos! ¡es increíble! Todo lo que quería con esa pobre chica que debe estar viajando para encontrarse con él y él

Mimi: lo mismo que usted, todo lo que quiere con el empapelador

Marta: no es empapelador

Mimi: y él corre hacia la canosa, que entre paréntesis ya se fue

Marta: ¿cómo sabe que se fue?

Mimi: (no le contesta) Pablo corre hacia Pandora y

Marta: y Mimi espera que aparezca el amor de su vida para amanecer acompañada


Entra Pamela, es un travesti, buscando a Pablo (Es el mismo actor que hizo el personaje de Pablo)

Pamela: hola chicas,¿ vieron a un hombre con una corbata (que lo identifique)?


Mimi y Marta: sí (resignadas)

Pamela: (mirando hacia todos lados) ay, qué emoción, ¿dónde está?

Mimi: se fue, esperaba a una tal Pamela pero

Pamela: yo soy Pamela

Marta: se salvó Pablito

Pamela: ¿qué decís?

Marta: (tratando de arreglar la situación) Pablo se tuvo que ir, dijo que si venías, en realidad él pensó que no ibas a venir por el paro de transporte, pero nos dijo que si te veíamos, te dijéramos que ( no sabe qué decir)

Mimi: que le seguía gustando la caja de Pandora

Pamela:¿eso les dijo? Yo sabía que seguía enamorado de ella, ¿y ahora qué hago? Me quedé sola, todo lo que tenía con Pablo y

Mimi canta “¿cómo deshacerme de ti si no te tengo, cómo alejarte de mí si estás tan lejos?”

Marta: y vuelva a Necochea

Pamela: qué Necochea, yo vivo en Liniers, yo a Pablo lo conocí en el chat, todos en el chat mentimos un poquito, además yo si no miento aunque sea un poquito no llego a las personas que me interesan, porque está todo bien, ¿a quién no le gusta divertirse? Pero a mí me gusta que me tomen en serio, yo quiero un hombre que me ame, que tenga ganas de formar una familia, que me dé el lugar que yo construí para mí misma y la verdad que Pablo pintaba que era el hombre ideal, (pausa) ay, ¿qué tal es, es buen mozo? Nos vimos por foto, pero no es lo mismo, ¿está fuerte?

Mimi: nada del otro mundo

Marta: ni fu ni fa

Pamela: seguiré buscando, después de todo para qué quiero un hombre enamorado de otra, eso es para sufrir ¿no?

Mimi: ¡bien dicho!(a Pamela) venite conmigo a Mar del Plata, te invito

Pamela: ¿en serio? Ay, qué emoción!, voy a ver si hay pasajes
(Sale Pamela, deja su bolso al lado de Mimi)

Marta: (celosa) ah, usted invita a todo el mundo

Mimi: a todo el mundo no, la invité a usted, me dijo que no, ahora invito a Pamela, después de todo parece una buena chica

Marta: chica-chico

Mimi: mejor, me voy a sentir más acompañada

Marta: además, yo no le dije que no

Se escucha por altoparlante que se levantó el paro de transporte de larga distancia, en unos minutos comenzarán a salir los micros.

Marta: de todas maneras hay que ver si consigo pasaje

Mimi: yo ya le reservé uno para usted, al bombocito ese (señala la ventanilla)

Marta: y además no traje ropa, no sé cómo voy a viajar

Vuelve Pamela

Pamela: (contenta con el pasaje en la mano) nos vamos a Mardel, ay, qué emoción, no encontré un novio pero me hice dos amiguitas

Mimi: la doc se queja porque se vino sin ropa, ¿vos traés algún trapo de más?

Pamela: sí, traje unas cosas divinas (abre el bolso y saca un montón de pilchas, se quedan las tres entusiasmadas con la ropa)

Marta: (se pone seria, a Mimi) ¿seguro que se fue la canosa?

Mimi: sí, cuando hablé con ella me dijo que si no se levantaba el paro en quince minutos, se contrataba un remise, no se quería perder la noche de hoy

Marta hace un gesto como que no le importa. Las tres se aprontan para subir al micro.

Pamela: (intrigada) che, ¿quién es la canosa?

Mimi: una señora que me contó que, después de un año de estar en una crisis de pareja, viajaba a reencontrarse con su marido para pasar una segunda luna de miel

Pamela: ay, qué emoción!!!

Las tres se van caminando para tomar el micro, Mimi canta una canción, Marta y Pamela le hacen un corito.


Fin


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