jueves, 24 de mayo de 2007

SUENA EL TELEFONO (o Retratos de un encuentro casual 1)

Autor: Ana Maugeri


Beatriz, secretaria del consultorio ginecológico del Dr. Raloz, está en su escritorio hablando por teléfono. Se ven varias sillas, una mesita con revistas, algún cuadro en la pared con motivos alusivos a la maternidad y a la mujer.

Beatriz: (hablando por teléfono con su cuñada Sonia) Hola, cómo estás, .... sí es el llamadito de la tarde........me iba a ir a caminar un rato porque el Dr. tiene un parto y viene más tarde......pero no puedo......no, una paciente de primera vez no dejó teléfono.....es raro que alguien hoy en día no tenga teléfono, capaz que ni viene......¿te tomaste el té para los vómitos?....pero no esperes a tenerlos para tomarlo, siempre es mejor prevenir.....¿y ahora vas a salir?....pero decile a Marcelo que vaya él a sacar las entradas.....ah, tenés ganas de pasear, bueno, ojo! Cuidate, cualquier cosa llamame....chau, chau
(Cuelga) ¡Qué patita alegre que es esta chica! ¿Todas las embarazadas serán iguales?
(Vuelve a sonar el teléfono) Consultorio del Dr. Raloz, buenas tardes, sí....no el doctor hoy viene más tarde, está en un parto....sí puede llamarlo más tarde (cuelga) No parecía una paciente, debe ser una de esas pendejas que le andan revoloteando (lo dice con fastidio e imita la voz de una mujer haciéndose la seductora : “Por favor con el doctor Raloz”)

Tocan el timbre. Beatriz mira el reloj y se levanta, abre la puerta y sin dejar entrar a Analía le pregunta

Beatriz: ¿qué desea?

Analía: desear no deseo nada, vengo a la consulta con el doctor Raloz (lo dice mientras intenta pasar)

Beatriz: (no está decidida a dejarla pasar) Su nombre?

Analía: (un poco molesta) si me deja pasar se lo digo ( y pasa de prepo)

Beatriz: bueno, ya está adentro no? (situación tensa)

Analía: (como recitando) mi nombre es Analía Castro y tengo turno con el doctor a las 15,30 hs. del día de la fecha

Beatriz: (dirigiéndose hacia su escritorio) Ud. no tiene teléfono?

Analía. ¿cómo?

Beatriz: le pregunto si tiene teléfono?

Analía: sí, tengo mi celular,¿ quiere que se lo preste? (buscando dentro de su bolso-cartera)

Beatriz: no, gracias.¿ Por qué no dejó el número de su celular cuando pidió el turno?, le hubiéramos podido avisar que el doctor está en un parto y viene más tarde, o no viene, no lo sé . Usted es la única paciente a quien no pude avisar

Analía: bueno, la verdad no sé porque no di mi teléfono, además...

Beatriz: ¿además?

Analía: ¿además qué?

Beatriz: no sé, usted dijo además y creí que iba a terminar la frase, por eso le pregunto ¿además qué?

Analía: además yo nunca termino las frases ( Analía se sienta como si se le hubiese caído un peso enorme encima)

Beatriz acomoda en su escritorio lo que ya está acomodado.

Analía : bueno, entonces espero

Beatriz: ¿qué?

Analía: qué no, a quién, me quedo a esperar al doctor

Beatriz: (entre sorprendida y molesta a la vez) ¿se va a quedar ahí sentada esperando?

Analía: ¿le molesta?

Beatriz: no, querida, mi deber es estar aquí, póngase cómoda y ...(mira qué le puede ofrecer), ahí tiene revistas y si quiere un té de boldo o un caramelito

Analía: ¿Un té de boldo? Ud. me hace acordar a mi abuela, por lo del té de boldo (se da cuenta de la cara que puso Beatriz) espero que no se ofenda, una ídola mi abuela, diosa total, cuando yo era adolescente me decía “entretenete con los muchachos pero no le des tu tesorito a cualquiera” (se ríe) una ídola...

Beatriz: (se interesa) sí, la verdad que sí, su abuela es, era, bueno no sé, moderna

Analía: más que moderna, posmo era la vieja

Beatriz: sí, claro

Analía la observa con curiosidad

Beatriz: (se da cuenta y cambiando de tono) ¿y qué pasó con su tesorito?

Analía: eso se lo voy a decir al doctor (lo dice con seriedad)

Beatriz: sí, claro, si es que viene


Analía: ¿qué tal es el doctor Raloz? (la pregunta irrumpe con cierta violencia)

Beatriz: es muy buen médico (tono neutro)

Analía: eso ya lo sé, me lo recomendaron, lo que digo es si está fuerte o....

Beatriz: (muy cortante) hay cosas sobre las que no opino

Analía: yo tampoco, por ejemplo sobre religión, cada uno cree en lo que quiere creer, ¿no?

Beatriz: (sorprendida)sí, claro y Ud. ¿en qué cree?

Analía: la verdad, todavía no lo sé

Beatriz: bueno, es muy joven todavía

Analía: de edad (lo dice con seriedad y mirándola a los ojos)

Analía saca de su bolso “llevatuti” papeles, crayones y fibras, se sienta en el piso y empieza a dibujar y pintar con furia y necesidad. Beatriz la observa .

Beatriz: (tono amable) ¡qué interesante lo que está haciendo! ¿de qué trabaja o qué estudia?

Analía: las dos cosas (sigue pintando sin levantar la mirada)

Beatriz : (tono conciliador) ¿de qué trabaja y qué estudia?

Analía: (sin levantar la mirada y sin dejar de dibujar-pintar) Trabajo en un estudio de arquitectura, estudio arquitectura y....soy pintora

Beatriz: ah, qué interesante, todo muy relacionado

Analía: (sigue pintando) no tiene un carajo que ver la pintura con la arquitectura

Beatriz: bueno....

Analía: (interrumpiendo) de la pintura no se puede vivir, pero yo no puedo vivir si no pinto

Se apagan las luces y aparecen las dos actrices caracterizadas como un matrimonio con un cochecito de bebé


RECUADRO: ¡Qué linda la nena!
Madre: ¡qué linda la nena!
Padre: hubiera preferido un varaoncito pero....
Madre: salió linda, a mí
Padre: salió inteligente, a mí
Ma y Pa: ¡qué linda la nena!
Madre: cuando sea grande será una bailarina famosa
Padre: no, cuando sea grande será abogada
Madre: no, doctora, pediatra
Padre: no, contadora pública
Madre: mejor azafata
(Va creciendo gradualmente la violencia en las afirmaciones de cada uno)
Padre: ingeniera
Madre: astronauta
Padre: manejará un submarino
Madre: entonces, que sea un cactus
(la conversación llega a la máxima violencia)
Padre: un potus
Madre: una radicheta
Padre: un coliflor
Madre: una polilla
Padre: una cucaracha
(Vuelven al tono coloquial)
Madre: amor, no peleemos por esto
Padre: es cierto, será lo que deba ser....o no será nada
Madre: ¡Eso! No será nada
Ma y Pa: ¡qué linda la nena!!!


Suena el teléfono.

Beatriz: (atiende el teléfono) hola, sí, le doy un turno para el lunes alas 16 hs., adiós.
(Tono conciliador) Ud. debe tener la edad de mi cuñada Sonia, tiene 23 años, y está esperando un bebé, así que pronto voy a ser tía (contenta)



Suena el teléfono del consultorio, Analía se levanta y pregunta si es el doctor (con ansiedad), se queda al lado del escritorio de Beatriz y mira las fotos que tiene sobre el escritorio.

Beatriz: (un poco molesta) no, no era el doctor, quiere que le dé un turnito para otro día, así no pierde tiempo?

Analía: tiempo es lo que me sobra, ¿quiénes son? (señalando las fotos)

Beatriz: estos son mis padres y este es mi hermano y ella es mi cuñada

Analía: ¡Tener un hermano! Eso sí que debe ser bueno , yo soy hija única, por ahora, por lo menos. Me hubiera encantado tener hermanos, hubiera estado más repartido....todo. Y ahora que ya soy grande resulta que mi viejo, va a ser papá.

Beatriz: ah, qué bien!

Analía: ella tiene mi misma edad (con odio)

Beatriz: ¿quién, su madre?,no, no puede ser, ¿quién?

Analía: ella, ¿ quién va a ser? la mujer de mi viejo (Pausa) mis padres se separaron, dejaron de simular que eran un matrimonio perfecto (imita al padre y a la madre)

Beatriz: (sentencia) cada uno hace lo que puede


Analía: Así que va a ser tía!, Ud. Ya tiene hijos ¿no? (lo da por sentado)

Beatriz: (se sobresalta) no, yo no tengo hijos, ni marido, ni.....

Analía: (la mira con atención) ni?

Beatriz: (se ríe para distenderse) yo también dejo frases incompletas


Analía: pero usted tiene una linda familia (mirando las fotos del escritorio)


Beatriz: no crea que todo es felicidad, mis padres murieron hace diez años en un accidente, quedamos Marcelito y yo solos, bueno ahora está Sonia...

Analía: uy, ¡qué bajón!( Pausa) (Con otro tono) Bueno, total ¿para qué sirve la familia?

Beatriz: (se sobresalta) ¿Cómo hace esa pregunta? La familia sirve para todo

Analía: (incisiva) ¿para qué? A ver , por ejemplo, ¿para qué?, concretamente ¿para qué?

Beatriz: sirve...mire....ya le dije....sirve para todo, para....

Suena el teléfono y no es el doctor

Beatriz: (ante la mirada interrogadora de Analía) no , no era el doctor

Analía: ¿y?

Beatriz: ¿y qué?

Analía: ¿para qué sirve la familia?

Beatriz: Ah, chiquita, ¡qué obsesión! Es como preguntarse para qué sirve que el aire esté puro, que el sol salga todos los días, que el corazón siga latiendo, que jueguen Boca y River, que haya elecciones, que las uñas sigan creciendo, que la comida esté rica, que nos gusten los adornos...(lo dice con un cantito o tonada)

Analía: (toma la tonadita y la rellena de groserías y puteadas) para qué mierda nos traen al mundo, por qué no se meten el semen en el culo, por qué no se vuelven a meter en la concha de su madre puta que los parió, etc.


Beatriz: (la escucha sin escandalizarse) Creo que ahora sí le vendría bien un caramelito

Se paga la luz y cuando se vuelve a encender se ve a Analía como una niña y a Beatriz como a una adolescente.

RECUADRO 2: El abrazo
(Música infantil, suave cadencia, casi fetal. Analía reclama desde la infancia, desde la inocencia. Beatriz reclama desde la adolescencia enojada. Al final del cuadro las dos se unen en el mismo sentimiento: necesidad de amor, de contención).
Analía: mamá
Beatriz: mamá
Analía ¿por qué no me querés?
Beatriz: ¿por qué te moriste?
Analía: yo solo quiero agradarte
Beatriz: estoy cansada de hacerlo todo
Analía: no lo dejes ir a papá con esa idiota
Beatriz: harta de consolar a mi hermanito
Analía: no me dejes crecer
Beatriz: harta de ordenar la casa
Analía: tengo tanto miedo!!
Beatriz: harta de llevarles flores donde ya no están
Analía: necesito
Beatriz: necesito
(Piden la dos cada vez con más emoción, más infantil)
Analía: necesito
Beatriz: necesito
Analía: tu abrazo
Beatriz: tu abrazo
Analía: abrazo
Beatriz: abrazo
(Beatriz abraza a Analía que parece un bebé)
Beatriz: tu abrazo eterno
Analía: en mi corazón....



Suena el teléfono.


Analía: (al ver que Beatriz no atiende, toma el teléfono ella) Consultorio...espere....(a Beatriz, dándole el tubo del teléfono), no es el Dr.

Beatriz: (toma el teléfono saliendo de la pasividad) hola, si, bueno le doy un turno para la semana que viene....


Analía rompe lo que había dibujado y lo tira a la basura.


Beatriz: (la mira a Analía y se da cuenta que está nerviosa y ella no sabe cómo calmarla) Mire, mejor le doy un turno para mañana...

Analía: no, (interrumpe casi gritando) yo necesito hablar hoy con el Dr.

Beatriz: pero es que no es seguro que hoy venga, yo entiendo su urgencia, bueno, en realidad no sé cuál es su urgencia, no sé qué le pasa, pero lo que sea, seguro puede esperar hasta mañana.

Analía: pero usted ¿qué problema tiene?, acaso no tiene que cumplir un horario?

Beatriz: (escucha la palabra cumplir y es como si se desatase algo dentro de ella) ¿¡Yo tengo que cumplir un horario?!, a mí usted me habla de cumplir?, yo que siempre cumplo con todo y con todos, con mi hermano, porque pobrecito extraña a sus padres ¿y yo qué, no los extraño?, Beatriz cumple con sus padres, que por hacerse los tuercas en la ruta, viejos de mierda me dejaron sola con un montón de deudas y un hermano para criar, Beatriz cumple con Sonia, la cuñadita, porque es jovencita y no sabe hacer nada, pero bien que sabe coger y embarazarse, Beatriz cumple con el Dr. ¿y quién carajo cumple con Beatriz?, Beatriz cumple, ¿para qué sirve Beatriz?, para cumplir


Analía: (la miró durante todo el discurso como quien mira a una amiga desahogarse y sabe que va a tener que contenerla.) Es mejor que el caramelito lo coma usted (le acerca el caramelo que Beatriz le había acercado a ella)


Beatriz: lo que es mejor es que Ud. Se vaya y vuelva otro día, mañana, hoy ( mirando el reloj) por lo que veo el Dr. No va a venir

Analía: ¿cómo que no va a venir? Ud. nunca me dijo con certeza que no iba a venir. Ud. no puede echarme, yo me tengo que quedar, yo necesito hablar con el Dr.

Beatriz: ¡”Yo necesito!”, “yo necesito” ¿qué es lo que tanto necesita? ¿Qué cree que en una consulta va a tener todas las respuestas? ¿Ud. Cree que este es el consultorio del Dr. Freud?, qué digo, piensa que acá atiende Dios?

Analía: (con mucha tranquilidad) si atendiera Dios no hubiese venido, mi pregunta es muy concreta....

Beatriz: (conciliando pero molesta) está bien, vamos a esperar un poco más

Analía: hasta que venga


RECUADRO 3: Yoda

Las dos esperan... la llegada de Yoda. Llega Yoda, se escucha música de fanfarrias.

YODA: Uds. Me esperaban a mí?
Analía: Sí, doctor...
Beatriz: Ansiosamente, Licenciado!
YODA: Qué bueno!... ya llegué!... ¿Qué las trae por aquí?
Analía: Tengo muchas preguntas, ingeniero
Beatriz: Necesito respuestas, padre
YODA: Pregunte, mi hijita, pregunte
Analía: ¿Por qué me sentiré tan nerviosa?
YODA: Le explico... En el sistema nervioso, la recepción de los estímulos es la función de unas células sensitivas especiales, los receptores. Los elementos conductores son unas células llamadas neuronas que pueden desarrollar una actividad lenta y generalizada o pueden ser unas unidades conductoras rápidas, de gran eficiencia. La respuesta específica de la neurona se llama impulso nervioso; ésta y su capacidad para ser estimulada, hacen de esta célula una unidad de recepción y emisión capaz de transferir información de una parte a otra del organismo

Analía: Eh....???
Beatriz: ¿Para qué pregunta pavadas...???
Analía: Yo no pregunté nada!
YODA: Entonces... no tienen preguntas... bien!... me voy!
Beatriz: NOOOOOOO.... tengo millones de preguntas, inspector!!!!!!
Analía: Kilómetros de preguntas, maestro!!!!
Beatriz: ¿Qué le puedo preguntar...??
YODA: ¿Es una pregunta?
Beatriz: ¿Qué es una pregunta?
YODA: Usted pregunta “¿qué le puedo preguntar?” entonces yo le pregunto a usted, si ¿qué le puedo preguntar, es una pregunta?
Beatriz: No, claro
Analía: Y yo era la que preguntaba pavadas ¿ no?
YODA: Qué pena que no fuera una pregunta... porque tiene una clarísima respuesta
Beatriz: ¿Si?
Analía: Entonces...¿ qué le puedo preguntar??
YODA: (misterioso, se concentra)..... TODO!
Beatriz: Ah... bueno... ehhhhhh
Analía: Este....
Beatriz: (escupe la pregunta)¿ Por qué me voy a morir?
YODA: Bien... ud. se va a morir porque la muerte es la interrupción irreversible de la vida. La muerte implica un cambio completo en el estado de un ser vivo... es decir ya no es un vivo, es un muerto.Siguiente pregunta
Analía: ¿Por qué no soy feliz?
Beatriz: ¿Pero usted no es feliz?
Analía: No... bueno sí... pero solo a ratitos...
YODA: Aristóteles decía que fe tiene el monje y campos el hacendado. Sin olvidar que el que nace barrigón come bien en casa de herrero donde las hierbas son más frescas y los chopos florecen tulipanes amarillo patito feo.
Siguiente pregunta
Beatriz: ¿Quién me quiere realmente?
YODA: Técnicamente nadie quiere a nadie.... El corral donde los corderos pastan se distancia en línea recta con la pelusa de su ombligo
Analía: ¿Pero qué quiere decir?
Beatriz: SHHHHH..
YODA: Los sofistas capitalizaron la razón de la rayuela, compraron ciruelas y se fueron a bailar
Analía: Pero...
Beatriz: Shhhhhhh... y se fueron a bailar...?
YODA: Y en el medio del baile una vieja gimoteaba que ping pong pang y los cerdos salticaban en un rascacielo de caracolas con la rimpomposa corrosiva cancioneta de la grispiscuela
Analía: (grita) BASTAAA!!!!!
Beatriz: Es que yo vine a buscar LA VERDAD!
YODA: ¿la verdad? (se mira debajo de los zapatos, mira hacia todos lados como buscando) Yo no la vi.
(sale cantando)
“del dólar al euro y del techo al tacho
patacón, patacón, con lecop, lecop, lecop
Papelitos de colores... corralito de mi corazón” (sale Yoda)
Analía y Beatriz (se miran con decepción)



Suena el teléfono, es Sonia que no se siente bien.

Beatriz: hola, sí querida, qué te pasa, cómo.....decíme exactamente qué síntomas tenés....bueno tranquilizate, acostate, por lo que me decís no es para alarmarse, no no, no lo llames a Marcelo, yo dentro de un rato estoy ahí

Analía: (riéndose) Me hace acordar a mi papá cuando le habla a esa pendeja de mierda...

Beatriz: (como retándola y muy nerviosa) ¡Querida.....

Analía: sí, querida le dice todo el tiempo (imitando al padre) querida no te levantes, no hagas esfuerzos, cuidate querida, quedate tranquila, yo lo hago, vos disfrutá tu embarazo, querida....

Beatriz: (suspirando) y las mujeres embarazadas son.....(No completa la frase)


Suena el teléfono.

Beatriz: hola!, ah, Paco, sí, cómo estás?.....bueno....justo hoy?.....no, no puedo......es que Sonia no se siente bien y ....no, no es que nunca pueda, hoy no puedo....bueno, no te enojes, yo te llamo, chau, chau.

Analía: (estuvo escuchando muy atenta el tono seductor de Beatriz) mmmm!!! Ud tiene un Paco

Beatriz: (mostrando su hartazgo de seguir ahí) sí, “pacogerme”

Analía: (sorprendida pero entusiasta) Ay!, no me diga que tiene un tipo que le hace el service, yo tengo una amiga que tiene tres tipos que le hacen el service, ella dice que cada uno se luce de distintas formas y a ella le gustan los tres

Beatriz: (interrumpiendo) por supuesto querida, hay algunos machos que (saborea lo que piensa) son capaces de sostenerla a una trepada a ellos y hasta pueden dar una vuelta entera al hipódromo y siguen al mango, mientras una goza y goza y

Analía: ¿tanto goza?

Beatriz: ¿qué?

Analía: le preguntaba ¿usted goza mucha s veces?


RECUADRO 4: Palo
Se las ve a las dos en un boliche, muy sensuales, música apropiada, Beatriz muy seductora elige al hombre que le gusta y se va con él. Analía intenta hacer lo mismo y le sale todo mal. Se apaga la luz y vuelve cada una a su lugar en el consultorio.

Analía: (como pensando en voz alta) claro, los hombres, quiero decir el sexo y ...

Beatriz: (interrumpiendo) mire querida, a una le pueden gustar cien tipos a la vez, pero lo que más nos gusta a las mujeres, lo que nos apasiona y a lo que no renunciamos ni muertas es....

Suena el teléfono y Beatriz interrumpe la frase, Analía la escuchaba con mucha atención y quiere seguir escuchándola, ya no le importa tanto si es el doctor el que llama.

Beatriz: Consultorio, ah, cómo estás, qué tal la bebé, bueno me alegro, no el Dr. no está, sí podés llamalo mañana, chau cariños.

Analía: (con ansiedad) a lo que no renunciamos ni muertas?

Beatriz la mira hasta que comprende, se acomoda serenamente en su asiento y habla

Beatriz: a lo que no renunciamos ni muertas es a tener un amor imposible. ¿qué hay más sabroso, prometedor y excitante que un amor que no es posible?. Hay que reconocer, que al principio todos los amores pueden ser imposibles, por eso tienen ese brillo, esa adrenalina, esa....bueno, usted me entiende, hasta que se hacen posibles, entonces se achatan, se mediocrizan, se gastan , se esfuman.....

Mientras Beatriz dice “se achatan, se mediocrizan, se gastan, se esfuman”, Analía va acusando recibo en su cuerpo

Analía: pero eso es como que nunca, o que siempre....

Beatriz: (interrumpe) éso, “nunca” y “siempre” son dos palabras que en el amor van juntas. Cómo le explico, se podría decir que lo que “nunca”, dura “siempre” y lo de “siempre”, no dura “nunca” (dicho con simpleza y naturalidad)

Analía: ( pensando) Ah!! Yo tuve amores importantes, se puede decir que he amado (Pausa) , creo haber amado, ¿habré amado? no sé, pero siempre sentí que me pedían algo que yo no entendía, no sabía, no sé (tono de decepción y Pausa) Me gustaría saber cómo se hace para dejarse amar (lo dice mirando el vacío, casi con tristeza).

Beatriz: (por primera vez la llama por su nombre) Analía, no desespere ya le va a llegar el momento.

Analía: ¿a usted le llegó?

Beatriz: por supuesto que me llegó

Analía: ¿y qué hizo? ¿por qué no está casada, por qué no tiene hijos?

Beatriz: pero usted no da ni media vuelta para preguntar!! (mira el reloj) se está haciendo muy tarde, el doctor no creo que venga hoy, además mi cuñada me está esperando.

Analía: (afirmándolo) no me va a contestar

Beatriz: venga mañana a las 14 hs. (lo dice levantándose), el doctor la va a atender

Analía: quiero esperar un poco más

Beatriz: ya pasaron, no sé cuánto (mira el reloj) ¿qué quiere?, ¿qué quiere? (sacada)

Analía: esperar

Beatriz: (casi gritando) ¿para qué seguir esperando?

Las dos se ponen a leer para continuar la espera, Analía un libro que sacó de su bolso y Beatriz un libro sobre medicina.

Analía: ¿qué lee?

Beatriz: Anatomía del sistema nervioso (contesta sin darle lugar a la charla)

Analía: ¿estudia medicina?

Beatriz: sí

Analía: ¿le falta mucho para recibirse?

Beatriz: no

Analía: ¡qué bueno! Después va a trabajar con el doctor...

Beatriz: no

Analía: ¿va a poner un consultorio?

Beatriz: no

Analía: ¿y qué mierda va a hacer con el título?

Beatriz: metérmelo en el culo, como usted se va a meter en el culo el título de arquitecta, porque lo que le interesa verdaderamente es pintar (lo dice con una mezcla de enojo, convicción y resignación)

Analía: ¿y por qué no hace lo que verdaderamente le gusta?, digo, si es que sabe lo que le gusta

Beatriz: claro que sé lo que me gusta

Analía: ¿y entonces?

Beatriz: pero usted cree que con solo saber lo que uno quiere, lo consigue?

Analía: (medio hinchada y curiosa a la vez) ¿pero qué es lo que quiere?

Beatriz: (gritando) un hombre quiero, un hombre que me ame, que me ponga en el centro de su universo, que me dé hijos, eso quiero (pausa, se va tranquilizando hasta llegar a un tono casi confesional) quiero armar mi familia, cuidarlo a él y a mis hijos, envejecer juntos, eso quiero, eso, solo eso.

Analía: (sorprendida y con cautela) y eso es tan difícil?, digo , ¿por qué es tan difícil?

Beatriz: qué sé yo por qué es tan difícil, no sé, será porque nadie nos enseña nada, porque aprendemos así, solas, como parias, bueno, a mí se me hizo difícil

Analía: será que hay menos manuales que nos enseñen...

Beatriz: (interrumpe) ¿menos? No hay ninguno, pero trate de no preocuparse Analía, todo llega, las mujeres aprendemos así (no sabe cómo explicarle)

Analía: ¿cómo?

Beatriz: hablando, observando, escuchando a otras mujeres. (mira el reloj) Bueno, yo me voy, el Dr. ya no va a venir

Analía: (mientras toma sus cosas) hablando, observando, escuchando a otras mujeres (lo repite como para aprenderlo y a su vez descubriendo algo)

Beatriz: ¿Al Dr. lo viene a ver mañana, no? (mientras termina de ordenar todo)

Analía: (saliendo) ¿qué doctor?

Salen juntas.

FIN


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